Por EMMANUEL ABREU REYES
Cuando vemos siquiera la intentona de cambio en Latino América, se nos «engranoja» la piel al pensar que lo mismo no está aconteciendo en nuestro país, en el aspecto de luchas de corte social, seguridad jurídica y ciudadana, y lucha contra la corrupción que condena a nuestros países al atraso persistente, y a una ignorancia que muchas naciones de nuestro entorno van encaminando a superarlas, o por lo menos han situado las bases para superarlas.
Colombia va discurriendo muy bien, con un Presidente cuya fuerza e intención son notorias; hemos ido siguiendo sus actuaciones, y también de la Vicepresidenta y gente que le rodean, y no nos queda más que decir: Bendiciones Petro; que tengas vida suficiente para ver cristalizar tus sueños de una Colombia siquiera medianamente libre de las injerencias extranjeras, y que pueda impedir para siempre el acceso al poder de nada parecido como los tres presidentes que te precedieron. Mucha suerte estadista bien intencionado con tu pueblo.
Asimismo, vemos a Nayib Bukele, en el Salvador, luchando contra los facinerosos de las Maras Salvatrucha e intentando que un grupo de legisladores continuaran acabando con ese pueblo; dictando leyes que solo les favorezcan a ellos.
En Perú se lucha por evitar un gobierno fascista, y en Brasil hay la intención de no dejar que un troglodita retorne al poder.
En resumen, veo cosas en esos países que las añoro para acá, como son esos acuerdos de aposento que políticamente se hacen aquí, para granjearse impunidad.
Creíamos que eso era algo superado con el actual partido en el poder, pero desgraciadamente no ha sido así. Lo que ha habido es una selección de corruptos de acuerdo al momento y a la circunstancia política que se esté viviendo.
En cambio, hay 18 mil presos comunes que no se les ofrece ni las medidas de coerción.
Creemos que hemos sido muy sumisos e incluso genuflexos hacia la Organización de las Naciones Unidas toda la vida, como también nos hemos postrado demasiado hacia los imperios que tradicionalmente se han disputado las riquezas naturales de estos países pequeños, así como la enajenación de sus pobladores, para hacer más fácil su dominación a través de la ignorancia y el subdesarrollo persistente. No olvidemos que un pueblo ignorante es más fácil dominar.
En nuestro amado país vemos como se sigue dañando el medio ambiente, destruyendo los árboles, el cauce de los ríos, en cambio en Ecuador, por ejemplo, encontramos a un exmandatario luchando porque no le destruyan su país.
Creo que aquí, en República Dominicana, podríamos tratar de imitar las cosas buenas de estos hermanos latinos. Su denodada lucha en contra de la corrupción, el encarcelamiento de los depredadores de los bienes del pueblo; quitarles lo robado, y no como aquí que los encarcelan por poco tiempo, y les dejan el grueso de sus fortunas mal habidas para que al salir vivan como príncipes.
No dudamos que el presidente de nuestra nación sea un hombre bien intencionado, que no le interesa adueñarse de los bienes públicos entre otras cosas porque no los necesita, pero sus amarres para la permanencia en el poder, y la inacción de la ley frente a determinados corruptos, tienen al pueblo en medio de una incertidumbre que ojalá podamos disipar antes de las elecciones del 2024.