Por EMMANUEL ABREU REYES
Nuestro sufrido pueblo dominicano ha vivido pisoteado por empresarios y políticos durante décadas. Unas 10 a 15 familias se han encargado en base a la corrupción a tener una vida suntuosa y de lujo, en detrimento de la clase obrera, el campesinado pobre y otros sectores medios de la sociedad, a los que le han metido en la cabeza la idea de que somos pobres, y de que es un destino el que algunos tengan tanto, y otros tan pocos, y que por demás el pueblo llano debe ser empleado (esclavos) de los ricos.
El hambre de los pobres «hipernutre» a los de apellidos sonoros de este país, y su desnudes viste de lujo a. los ricos. Se ha ido creando un sistema de explotación de corte «semifeudal», tan perfecto para lo explotadores, que los mismos sufridos lo ven como natural.
Se realizaron elecciones municipales en dónde se mueven los millones del narco y de los juegos de azar. para obtener posiciones de poder y de protección, a fin de multiplicar el dinero invertido.
Meses más tarde, se realizarán las elecciones congresuales y presidenciales, y entonces se mueven los multi millones; se compran las posiciones para que la corrupción sea respetada; hacen acuerdos para que la impunidad y la corrupción sean respetadas sin la imposición de prisión o con prisión domiciliaria; pactan reelecciones y permanencia en el poder a base de acuerdos de aposentos.
Este nefasto sistema. manejado por empresarios y políticos, cuál de los dos más corruptos, actúan en contubernio, donde priman ideas de herencia dinástica; nos cuesta «una millonada» de dólares semanales la Cámara de Diputados; todavía más la de Senadores, y para colmo, a cada partido hay que repartirle de nuestros impuestos una gran cantidad de millones. de acuerdo a los afiliados que tengan, para mantener un sistema «democrático» decadente, obsoleto, que esperamos se desplome y se sustituya por uno del pueblo y para el pueblo.
* El autor es médico cirujano y abogado.