
Abinader y Bukele, Faride y PN
Por NARCISO ISA CONDE
El ataque personal a Faride Raful por las redes y ciertos medios audiovisuales fue realmente asqueroso.
Faride y su familia merecen respeto.
Tengo una larga amistad con Tony Raful, extensiva a su familia.
Aprecio mucho esa relación y agradezco la solidaridad de Tony en momentos difíciles y ocasiones de gran significación para mí y mi familia
Para mí, el cariño familiar y la amistad sincera pueden coexistir y crecer aún en un contexto de diferencias ideológicas y políticas. He vivido muchas experiencias que lo confirman.
Las diferencias pueden ser pasajeras o duraderas, y la amistad y el cariño pueden perdurar de todas maneras. Ambas tienen otras fuentes que las nutren.
No es la primera vez que a Faride le han hecho ataques bajos y que yo he expresado mi rechazo a esas agresiones.
En el caso de Faride, la saña de corte fascistoide se relaciona con sus posiciones en el Congreso frente al tema migratorio, a las tres causales, a los derechos de la mujer, a la introducción de la biblia en la enseñanza escolar y a sus críticas a la corrupción política.
Esta vez la venganza perversa ha sido desempolvada.
Este ataque ha sido el más rastrero de todo y cuenta con mi repudio total, independientemente de mis diferencias con su actual gestión ministerial amarrada por un Presidente ultra neocolonial, ultra conservador y sumamente miedoso.
El Ministerio asignado a Faride está atado a la política de Abinader y a una policía de corte militar e inspiración trujillista-balaguerista, secuestrada por clanes corruptos, abusadores y asesinos.
Una PN, que encargada del orden público y la seguridad de los habitantes de este país, ha convertido esas misiones en negocios altamente lucrativos para la mayoría de sus jefes y oficiales superiores, y a la propia institución en una corporación que estructuralmente recibe más ingresos de sus asociaciones con el delito, que del presupuesto nacional.
Ministros van y ministros vienen y los abusos policiales no cesan.
Se repiten los tristemente célebres intercambios de disparos, verdaderas ejecuciones extrajudiciales.
Es atroz lo que se está haciendo policialmente contra la inmigración haitiana y sus descendientes o fusilamientos.
Alarma la tolerancia y protección al paramilitarismo, que incluso usurpa uniformes y funciones policiales, y asume impunemente el derecho a herir, golpear y matar.
La corrupción policial no se detiene…
La reforma ha sido una farsa…
Abundan los puntos de drogas protegidos por la DNCD y la PN.
Las policías extranjeras, asesoras de las PN, son terribles: la colombiana, la estadounidense, la española…
La herencia y el coloniaje policial y militar que impone EE.UU, ahora trumpista, es muy pesado y degradante.
Ahora se suma la alianza de Abinader con Bukele y su carga nazi-fascista en el arte de gobernar.
Después de lo que Abinader y la mafia del PRM le hicieron a Faride con la precandidatura a Senadora, pensé -y lo dije varias veces- que su designación en Interior y Policía era un regalo envenenado.
Y de esos regalos, para no ser maltratado, hay que deshacerse.
Esa es mi convicción, sin dejar de respetar cualquier otra opinión bien intencionada.