
Abyectos voceros de un poder decadente…
Por LILLIAM OVIEDO
Los medios de comunicación sustentados por corporaciones y las plataformas creadas para difundir
contenido basura se han constituido, de facto, en comité de bienvenida a Leah Francis Campos, confirmada por el Senado de Estados Unidos como embajadora en República Dominicana. También se han organizado como claque a propósito de la casi anunciada visita de Donald Trump en diciembre próximo.
Esas muestras de abyección, además de vergüenza ajena, causan justificada indignación.
Entre los motivos para aplaudir la designación de la embajadora se destaca su vinculación con Donald Trump, su oposición al aborto, su homofobia y su compromiso con los organismos de inteligencia (trabajó para la Agencia Central de Inteligencia, CIA). Los comentaristas lo
confiesan. ¡No les da vergüenza!
Trump asistiría a la X Cumbre de las Américas, programada para los primeros cinco días de diciembre en Punta Cana, República Dominicana. Del evento se excluirá a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Luis Abinader y el canciller Roberto Álvarez, anfitriones, dicen que tomaron la decisión porque estos países no forman parte de la Organización de Estados Americanos, OEA.
Álvarez y Abinader actúan como lacayos. Se mueven entre la demagogia y el descaro.
Analistas y pseudoanalistas de compra y venta aplauden las políticas antiinmigrantes, la tolerancia ante el genocidio en Gaza y la indiferencia ante la masacre en otros territorios. En esta ocasión, emplean la palabrería dirigida a justificar la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela de la lista de países invitados a la X Cumbre de las Américas. Así proceden siempre los oportunistas. Da asco, pero es cierto.
Se evidencia, pues, que no solo el mal gusto y la búsqueda de dinero en forma inmediata conducen a empresarios, politiqueros de oficio y proclamados `presidenciables` a apoyar y financiar plataformas que difunden contenido basura (manifiesto en palabras soeces y en la exaltación del soborno, el robo, la prostitución sexual e intelectual y el oportunismo en sus formas más grotescas). Tampoco ha sido casual ni responde a una actitud personal o de grupo la implantación en los medios tradicionales de las formas más dañinas de sensacionalismo.
Se trata de acentuar la integración al sentido común de antivalores que inducen a sacar provecho de la podredumbre en lugar de combatirla. Es un proyecto de clase.
Los medios bajo el control directo y expreso de las grandes corporaciones dedican al oportunismo la mayoría de los espacios y buscan convertir en elemento de adorno la condena emitida en espacios de menor alcance. El control de las plataformas que difunden contenido basura
a través de las redes sociales no siempre es expreso. Esto permite la participación de capitales nacidos de actividades que no son lícitas ni siquiera en las laxas normas del orden vigente. La sucia alianza queda en evidencia por la utilización politiquera y la propaganda alrededor de ciertas figuras.
Suena como bien coordinada pieza el aplauso al entreguismo (Luis Abinader es aplaudido en su rueda de prensa de cada lunes por comunicadores que celebran la solicitud de que sea invadido Haití, la obediencia a Trump, el abuso contra los inmigrantes haitianos, la reducción del presupuesto de Educación y otros condenables absurdos).
Con el mismo criterio son montados ciertos espectáculos de pésimo gusto como fue la rueda de prensa de Marco Rubio, el ultraderechista canciller de Trump, quien también es enemigo de los pueblos. Cabe preguntar si es rueda de prensa o reunión de muñecos parlantes con libreto integrado.
El sello clasista se presenta como natural y son calificados como casos aislados los fraudes escandalosos. En el quehacer politiquero, los mal llamados presidenciables organizan comidas y tertulias con analistas, pseudoanalistas y vocingleros de oficio quienes, borrachos de licor y bien pagados, son capaces de disfrazar de diamante el lignito.
Financiar el concierto de elogios desmedidos es inversión de las grandes corporaciones y, en ciertos casos, es iniciativa de grupos que buscan preservar y fortalecer su inserción en el sistema de privilegios.
Ha sido dirigida por los estrategas de la clase dominante la conversión de los medios tradicionales en nido de alabarderos (aduladores llamados popularmente bocinas) y también el uso de las redes sociales para difundir contenido basura, alimentando el atraso y zlificando la honestidad como desfase.
Un lucrativo negocio
En los Cuadernos de la Cárcel, después de analizar el llamado sentido común, el teórico italiano Antonio Gramsci advirtió sobre la necesidad de integrar en él elementos de verdad: “Lo que se ha dicho hasta ahora no significa que en el sentido común no haya verdades. Significa que el sentido común es un concepto equívoco, contradictorio, multiforme, y que referirse al sentido común como
confirmación de la verdad es una insensatez.
Podrá decirse con exactitud que cierta verdad ha llegado a ser de sentido común para indicar que se ha difundido más allá del círculo de los grupos intelectuales, pero en tal caso no se hace otra cosa que una constatación de carácter histórico y una afirmación de racionalidad histórica; en este sentido, y siempre que se emplee con
sobriedad, el argumento posee cierto valor, precisamente porque el sentido común es toscamente
retrógrado y conservador y el haber logrado hacer penetrar en él una verdad nueva es prueba de que tal verdad posee una notable fuerza de expansión y de evidencia”.
La clase dominante trata de integrar al sentido común mentiras y favorece por eso la proliferación de alabarderos.
Entre las mentiras se encuentra la sarta de adjetivos colocados a gobiernos que no se someten a los dictados imperialistas, la calificación de delincuentes a los migrantes que no tienen los documentos requeridos por una institucionalidad hecha a la medida de los empresarios y, por supuesto, el sello de delincuentes para quienes ya son ilegales. ¡Retorcimiento de la sociedad de clases!
En República Dominicana se estima en 26 millones de pesos por día el gasto en publicidad del Gobierno. Es un gasto para difundir mentiras y manipular al público para que las repita. Pero el gasto es superior a la suma reconocida. ¿Cuánto se paga con dinero público por campañas en favor de particulares? ¿Cuánto pagan esos particulares con dinero extraído del erario por contratos
leoninos y concesiones de privilegio? ¿Es contable el monto que se entrega a alabarderos y aduladores de oficio en forma de concesiones para emprender proyectos económicos? ¿Cuánto se paga a viejos y nuevos alabarderos a través de préstamos graciosos, pensiones de lujo y contratos por servicio que nunca son realizados?
Los privilegios y las canonjías han creado el ambiente para que no sea predominante en los medios la identificación de los expresidentes Danilo Medina, Leonel Fernández e Hipólito Mejía como cabecillas de gobiernos corruptos, abusadores y entreguistas y al actual presidente como el millonario que en este momento hace lo mismo. Si dejan de ser intocables ellos, dejarán de
serlo los empresarios de nueva y vieja data que pagan la fiesta electorera.
La condición de intocables no solo preserva como activos politiqueros a sus beneficiarios directos, también mantiene, en lo esencial, la impunidad del saqueo, esa práctica que abre las llaves de los recursos para financiar el clientelismo en que se sustenta el espectáculo electorero.
El reto es integrar al sentido común la condena al entreguismo y el deber de exigir que paguen su culpa los saqueadores. El desmonte de la sociedad de clases debe ser presentado como una meta que, aunque difícil de alcanzar, es, sin duda alguna, irrenunciable. Alimentar la conciencia es una acción liberadora.
Combatir la manipulación de los medios y utilizar redes, páginas y espacios televisivos para fomentar la toma de conciencia, es un dictado de la decencia en este momento.
Donald Trump, su embajadora retrógrada y partidaria del atraso, el presidente, el canciller, igual que la falsa oposición que no ha sido capaz de reconocer que la OEA es un ente de genuflexión, son exponentes de un poder decadente y criminal.
A quienes han prostituido un ejercicio hermoso y socialmente necesario, hay que enrostrarles sus deudas con un pueblo que, más temprano que tarde, mostrará que sigue construyendo su historia a partir de la toma de conciencia y de la lucha ineludible.