
Artista dominicana triunfa en Europa
Por RAFAEL PINEDA
Jennifer Ulloa, bailarina dominicana nacida en Santo Domingo, con estudios en la Escuela Nacional de Danza, hoy integra el elenco del Ballet Real de Nueva Zelanda y es aplaudida por su actuación en los mejores escenarios de Europa.
La conocí en Montevideo, haciendo el papel de la bruja malvada de El Mago de Oz, en las tablas del impresionante Auditorio Nacional Adela Reta. Me estremeció su carisma, la forma de bailar y el entusiasmo que generaba enfrentando a un público acostumbrado a grandes estrellas.
Al final de la función pasé a saludarla; le dije lo orgulloso que me sentía por ver a una ciudadana de mi país triunfando en ese lugar.
Semanas más tarde llegó a mi oficina para solicitar un trámite consular relacionado con la actualización de sus documentos. Fue cuando le hice algunas preguntas cuyas respuestas, 7 años después, me esfuerzo en recordar para construir este perfil.
Llegó a Uruguay en 2016, llevando en su cartera el contrato que le había firmado Julio Boca, para trabajar por un año con el Ballet Nacional Sodre.
Ella, de niña tuvo un sueño: ser bailarina y actuar en grandes escenarios. En busca de ese sueño no retrocedió ante ninguna adversidad, convencida de que el trabajo duro deja sus frutos: “si no le hubiera puesto fuerzas a mi sueño, no pongo los pies en estos lugares”.
Después de 8 años de estudios, ingresó en el Ballet Dominicano y un día llegó a Colombia para participar en el Festival Internacional de Danza. Allí, después de presentar el pas de deux “Preciso Momento”, del coreógrafo Marcos Rodríguez, se le acercó Julio Boca, afamado bailarín argentino, en ese momento director del Sodre, quien, fascinado por su peculiar estilo, le ofreció el contrato que la llevó a Uruguay.
Recién llegada hizo de princesa en el Lago de los cisnes, y tuvo el rol principal en la obra Carmen. También hizo el papel de Estela, en Un tranvía llamado deseo, y fue la chica de la calle en Romeo y Julieta.
Ya en el “Ballet Tudio”, había hecho de Mercedes en El Quijote de la Mancha. Todo un acontecimiento. Se ganó al público de Uruguay, y le ampliaron el contrato.
Ulloa tiene una brillante carrera internacional, es una de las mejores bailarinas de estos tiempos y cuando viaja a Santo Domingo, imparte clases magistrales en la Escuela Nacional de Danzas, la que le dio el resplandor que hoy ilumina escenarios del mundo.
Aquel año de nuestra primera conversación en Montevideo, cuando apenas tenía 26años, me dijo que le gustaría explorar otras experiencias profesionales, en diferentes países; y me confesó que, lo que más anhelaba, era regresar a República Dominicana y ayudar, porque “hay muchas cosas que les faltan al arte nacional”.
Sus sueños cumplidos, formando parte del elenco en una de las mejores compañías europeas, se han ido ampliando. ¿Cómo llegó a Nueva Zelanda? Le pregunté y me dijo que mandando currículum a Francia, Inglaterra, Italia y Suiza.
En esos países se interesaron por su trabajo, pero fue el RNZB que le hizo la mejor propuesta, convirtiéndose en la primera dominicana en bailar en ese país; allí la respetan como profesional “y puede vivir de su arte”, dice, poniéndose triste al decir que en República Dominicana no se valora la cultura; un bailarín, opina, tiene que completar con otros trabajos para poder vivir. En Nueva Zelanda es diferente, dice, acotando que el salario básico para uno de su clase ronda en ese país, de 150 a 200 mil pesos mensuales.
- El autor es poeta.