Cuidado, que te coge el comunismo
Por Miguel Cruz Suárez
Mi querido e inolvidable tío Manolo, solía hacer una anécdota cargada de fina picardía, sobre un orador que allá por los años sesenta del pasado siglo, tuvo la encomienda de arengar a las masas en algún punto de la geografía oriental de Cuba, donde por décadas había reinado el más furibundo anti comunismo, gracias a la propaganda feroz de la época destinada a confundir y demonizar. Contaba Manolo que el hombre, un revolucionario de armas tomar, enardecido en medio de la vorágine que había desatado el primero de enero de 1959, se dirigió a los presentes de esta manera:
«Dicen que somos comunistas porque hemos convertido cuarteles en escuelas; dicen que somos comunistas porque repartimos las tierras a los campesinos; dicen que somos comunistas porque vamos a enseñar a leer y escribir a todos los cubanos…» (en este punto hizo un alto, tomó aire y con elevado tono de su voz ya enronquecida, sentenció) ¡Comunistas son ellos, que pretenden aplastar al pueblo; comunistas son ellos que buscan violencia y muerte; comunistas son ellos con sus planes macabros… nosotros, nosotros no somos comunistas!»
La vieja estrategia de emparejar comunismo con rigidez y comunistas con anticuados, se estremece cuando un remolino de caras lozanas y sonrientes inunda las redes sociales, nada más y nada menos que llevando consigo la Hoz y el Martillo. Con lógica la reacción ha sido y será violenta, porque los que ostentan el poder, los dibujan como vampiros chupa riquezas y como no les funciona ni el ajo, ni la estaca, ni la cruz (donde, por cierto, murió el primer comunista de la historia) entonces ensayan con el odio y la mentira; a fin de cuentas, esas siempre han sido sus armas preferidas, pero ojo, con ellas no impedirán que siga andando el comunismo, vivir para ver.
Fuente; Cuba-Debe