
Egoísmo y Egocentrismo
EL PENSODROMO
Por RAPHY D’ OLEO
Caminarán contigo, pero no por ti, comerán a tu lado, pero no comerán por ti. Respirarán el mismo aire, pero se llenarán pulmones diferentes. Las enseñanzas de la vida son quimeras que no podemos entender hasta que llega el momento de pagar: la vejez, la dulce y tierna edad en que todo se clarifica con pausa y sin prisa.
Dejarás a tus padres y la vida te cobrará cuando te dejen, así entenderás que naciste solo y morirás igual. Nada te llevarás, porque nada trajiste. No se puede depender de nadie que no esté contigo en la luz y las tinieblas, pues hasta tu sombra desaparece con la oscuridad.
El pasado es un presente borrascoso que nubla tu futuro, y si lo sufriste y no aprendiste de él lo suficiente, serás esclavo del dolor y la amargura. Como reflexionó el filósofo, la vida debería ser invertida, comenzar con un dolor consciente y terminar con un éxtasis orgásmico, llegar a la muerte a través de un gustazo y nacer después de una despedida.
Siempre confundimos el excesivo amor en nuestro propio interés, con la alta valoración de creernos el centro de los demás, por eso la vida te permite y te perdona ser egocéntrico, pero jamás ser egoísta.