
El Cine Teatro Antonieta
Por ANULFO MATEO PEREZ
No es que se valga uno del cliché de que “tiempos pasados fueron mejores”, sino que comparamos hoy nuestra ciudad en materia cultural con lo que ocurría hace más de medio siglo, y la verdad es que lo que está sucediendo lastima la sensibilidad del más indiferente.
Viene a mi memoria un medio cultural como lo era el Cine Teatro Antonieta, construido con los criterios más avanzados de esa época y sus equipos de proyección Supersond, de 35 milímetros, butacas y cafetería adjunta para los concurrentes, que nada tenían que envidiarle al Cine Teatro Olimpia de Santo Domingo o de una capital europea de entonces.
Conocíamos algunos detalles, porque nuestro vecino José Dolores «José Chivirico» era el ayudante de Benjamín León, y que luego le sustituyó como proyeccionista, nos permitía entrar al área de proyección y acompañarlo fuera del horario cuando se revisaban y probaban algunos rollos que tenían roturas o algún desperfecto.
Construido por el emprendedor y visionario empresario de origen turco, Pedro J. Heyaime, el cine teatro contaba con butacas, las cuales deben tener una mención especial.
Las butacas marca Pullman plegables, de color rojo chino, eran muy cómodas y la fila de las mismas tenía una pequeña luz al lado de la butaca que daba al pasillo, que se apagaba cuando ya todas estaban ocupadas, de manera que no había que molestar a nadie si usted entraba a la sala luego de iniciarse la función.
Un cine teatro en su entrada con piso y fachada hasta dos metros de altura revestidos con mármol negro; una boletería de primera, también revestida del mismo mármol; lobby bien alfombrado y espejos panorámicos en el mismo; con muebles confortables, exhibidores de las fotografías de los filmes que se proyectarían en los días o semanas siguientes, sus baños impecablemente limpios.
Los filmes eran insuperables, procedentes de Estados Unidos; verdaderas joyas del séptimo arte de ese país, Francia, Inglaterra, Italia… llevando la cultura a los jóvenes y mayores. Un entretenimiento sano para toda la familia.
Como si se tratara de un mundo de fantasía, desde que oscurecía nos deslumbrábamos disfrutando la cascada de luces que recorría el nombre del cine teatro, y luego se repartían hacia los extremos opuestos, como si tratara de un cine en Nueva York o París.
Ahora, ese lugar se ha tornado lúgubre, es una tienda de muebles y otros enseres del hogar. Como ocurrió con el primer cine inaugurado en San Juan de la Maguana, el Olímpico, desmantelado, sus equipos vendidos para exhibir películas en la edificación del otro lado de la calle, su local abandonado, donde practicábamos artes marciales en los años 60s. y luego derribado para pasar a ser un parqueo de un banco comercial.
Ninguna autoridad municipal impidió que eso sucediera. Pudo muy bien el Ayuntamiento Municipal arrendar el cine Teatro Antonieta o comprarlo para mantenerlo abierto cumpliendo su misión. Era un centro cultural ligado a la historia de San Juan de la Maguana.
Como un bálsamo a una herida, la escuela de Bellas Artes ha sido remodelada y convertida en el Centro Cultural Monina Cámpora, pero pese al esfuerzo de sus conductores, con insuficiente presencia de espectadores, cuando se presenta una actividad cultural o literaria. La ignorancia predomina en nuestra ciudad. hoy, San Juan de la Maguana prevalecen centros de consumo de bebidas alcohólicas de mala muerte, donde además los parroquianos usan estupefacientes, mucha prostitución y violencia de todo género. Una pena.