
El fracaso de las alianzas público-privadas
Por EMMANUEL ABREU REYES
Desde que la parte oriental de la isla La Hispaniola logró la condición de República en 1844, se ha materializado vincular al Estado a empresas nacionales privadas y extranjeras para ayudar al desarrollo de la economía nacional, ha sido un fracaso mayúsculo, ya que siempre ha salido perdiendo el Estado, y multiplicando sus riquezas el sector privado.
En cada caso, esas transacciones han terminado siendo leoninas en perjuicio de los dominicanos, mediando la corrupción y el dolo más descarado que nos podríamos imaginar.
Otras veces los mandatarios de turno han tomado préstamos para la creación de proyectos, ofreciendo la imagen de que es para usar los recursos en beneficio del pueblo, y al final distrayéndolos en beneficios particulares. Desde luego en esto, como en todo, hay excepciones.
A veces hemos visto en este transcurrir de la vida dominicana, a mandatarios con un lenguaje falsamente nacionalistas en estas negociaciones, y al final se demuestra que eran para su propio beneficio personal, o para sus familiares y/o allegados.
Por ejemplo, las negociaciones del «generalísimo» Trujillo, en que vinculaban al Estado, eran para su propio peculio, Pero al menos, cuando él fue ajusticiado, quedaron las empresas que eran del pueblo, y ahí fue que Balaguer, y luego Leonel Fernández, se encargaron de regalar unas, y de vender a precio vil otras.
Así recibían beneficios políticos mediante el apoyo de familias tradicionalmente poderosas, ejemplo, Los Vicini con los ingenios y con San Souci. Recibieron esos regalos durante la administración de Leonel Fernández. Y así este bárbaro hace esfuerzos por volver al poder, ahora con otro partido tan malvado como el PLD, ya que está integrado por ex-peledeístas, para volver a hacer lo mismo, es decir regalar y vender lo que no es suyo y continuar con esa corrupción rampante.
Cada vez que se trata de hacer alianzas público-privadas, sale perdiendo el Estado, y por tanto el pueblo.
En el caso de Odebrecht y las plantas termoeléctricas de Punta Catalina, sobornaron a legisladores y funcionarios, para que aprobaran esa construcción y luego sobrevaluar la obra que en costo ya va por más de 3 mil millones de dólares, de dinero tomado en préstamos, y encima de eso no vemos el beneficio de recibir electricidad barata. Seguimos con los apagones, y cada día subiendo la tarifa de una electricidad que no reciben los clientes.
Otros proyectos fracasados, son la carretera Santo Domingo Samaná y el famoso peaje sombra.
Cuando vemos las actuaciones transparentes del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, mediante licitaciones dignas, serias… ya está construyendo un tren que pasa cercano a Guatemala, y siendo justos, ahí no podemos incluir al presidente Luis Abinader Corona.
En el caso de México, ese trasporte moderno dinamizará la economía de una gran cantidad de poblados, por ejemplo, Quintana Roo, Campeche, y otros en donde hay un predominio de pobres.
Por otro lado, vemos a Nayib Bukele gobernando en El Salvador, sin dobles caras, sin demagogia, con transparencia… nos da envidia. Y nos preguntamos, ¿cuándo podremos tener dirigentes así gobernando en nuestro país? Sin dejar de reconocer el esfuerzo de nuestro actual presidente en encarcelar a algunos corruptos dejando que el Ministerio Público tenga limitadas acciones independientes, no obstante, la pobredumbre corrupta era tan grande, que las acciones han resultado ser insuficientes para llegar a ciertos desfalcadores del Estado que estaban aliados incluso a personeros del actual gobierno.
Obrador y Bukele, sí hacen alianzas público-privadas, pero no haciendo concesiones desfavorables para sus pueblos; nunca dándoles excepciones vergonzantes a los concurrentes y menos haciéndoles concesiones perjudiciales para el Estado. Por ejemplo, dándole millones de galones de combustible, como sucede con la transnacional minera Barry Gold, que Leonel Fernández en su mandato último le dio ganancias de un 97% y solo un 3% para beneficios al Estado. En actitud de genuflexión, le aporta combustible por millones de galones, para la extracción de nuestros minerales. Luego viene Danilo y hace el allante de que mejoró el contrato, pero lo dejó igual.
Pero la vinculación donde adquiere caracteres de asombro es cuando se hacen y se continúan las alianzas en el sector eléctrico. Se constituyó una mafia, en donde se ha descubierto una alianza entre los familiares, cuñados y hermanos del pasado presidente Medina Sánchez, con la connivencia del presidente, obviamente de su complicidad. Pasado el tiempo, vemos a los mismos apellidos, Marranzini, Macarrulla, Vicini, Bonetti, entre otros. Cuando creímos qué en el gobierno del cambio, al menos veríamos la posibilidad de que el pueblo pudiera resolver ese problema en el que tenemos la vida entera, ha reinado la decepción colectiva.
Frecuentemente se hacen contacto con compañías foráneas, para atraer inversiones, pero entonces el funcionario encargado recibe un soborno, para que le facilite la negociación. Frecuentemente los porcentajes son divididos entre diferentes estamentos, llegando hasta lo más altos; en esas tratativas se envuelven millones de dólares o euros.
En la actualidad se enmascara la acción de las alianzas público-privadas con el nombre de Fideicomiso, pero en el fondo es lo mismo, es decir, usar los fondos del Estado para que los multimillonarios, las 10 familias que controlan la cúpula empresarial continúen empobreciendo a la población y ellos haciéndose cada vez más ricos, y como empresario al fin, quitando y poniendo presidentes, senadores, diputados y ministros que dirijan la cosa pública y por tanto al país.
- El autor es médico-cirujano y abogado.