Variedades

El poeta Jacinto Sención y sus «cantares»

Por RAFAEL PINEDA

Jacinto Sención es uno de esos poetas que, desde sus creaciones literarias, hacen una apuesta a favor de que se produzca un cambio en la sociedad. Su poesía es mística, pero no neutral. Hace poco me invitó al lanzamiento de su libro ‘’Cantares’’, en el Distrito Municipal El Rosario, de San Juan. Me resultó extraño, por inusual, que me convocara para un acto literario en una comunidad de vida rural.

Sención, miembro del grupo La Cafetera, es teólogo, sociólogo, seminarista de la Orden de los Dominicos y comentarista de televisión. El Rosario es su comunidad natal y ‘’Cantares’’ su tercer libro de poemas.

No podía rechazar la invitación; así que raudo, me subí al culo de un ‘’moto-concho’’ que velozmente cruzó en rojo todos los semáforos, violó las señales de tránsito y se le atravesó a otros vehículos como si fuera el amo de las avenidas. Cien pesos pagué por el relampagueante recorrido de 7 quilómetros.

Corrí los riesgos para llegar a la que sería una cita con la historia de la cultura provincial (y nacional). ¿Qué público encontraría allí? Me preguntaba, contemplando el maravilloso paisaje del camino y para recuperarme del miedo que me causaba, ante la increíble velocidad del motorista, la posibilidad de caer al pavimento con las rodillas destrozadas.

A ninguno de los 66 presidentes que ha tenido la República Dominicana, les ha interesado instalar en El Rosario un centro cultural, un pequeño teatro, una casa de cultura; ni siquiera, una sencilla biblioteca. ¿Para qué? En el concepto de quienes han gobernado, ahí sólo residen 7 mil personas, no vale la pena invertir en cultura para tan poca gente, y además campesinos; no les harán caso a eso, ellos se contentan con una miga de pan y un trago de buen ron.

De modo que lo de Jacinto Sención me pareció que sería una transgresión: presentar un libro en una comunidad donde, desde el nacimiento de la República, no se ha difundido la cultura del libro.

Entonces pensé en mi propia experiencia: yo nací en un paraje (El Corozo), he publicado 12 libros, y nunca se me ocurrió regresar a mi lugar de origen para dar a conocer mi obra y al mismo tiempo, estimular a los jóvenes de allí. Él lo estaba haciendo.

Así, moto-concho mediante, me fui para El Rosario. Al llegar, lo primero que me invadió fue la contaminación auditiva, el olor a ron, whisky, cajas de cervezas por doquier; en el centro, cada cuatro casas un bar, una discoteca, un Discolight, un colmadón, autos con potentes bocinas ocupando las dos calles y las aceras por donde deben transitar las personas.

Lo que vi fue a una juventud metida en bebida; y a decenas de niños formándose en esa dantesca escuela, que también será su universidad. Comprendí que la cita que me convocaba, era transgresora, y la concebí como una acción revolucionaria.

Al llegar, me invitaron a ser parte de la mesa principal, compartiendo con la alcaldesa Nikaurys Adames, la maestra Nikauris Melo, el abogado Juan Francisco de la Rosa, y el autor.

Cuando entré a las primeras páginas de ‘’Cantares’’, el libro por el que se me convocaba, percibí que, si en algo había fallado, era en haber tardado tantos años en profundizar una amistad con el poeta Jacinto Sención. Vi en él la imagen de un Quijote que yo admiro; y vi la imagen del coronel Aureliano Buendía. Lo vi como un buscador de ‘’la piedra filosofal’’, aquella que también buscaba Balthazar Claës, el personaje de Honoré de Balzac en “La búsqueda de lo absoluto”, y por la que luchó hasta morir, fabricando pececitos de oro, el protagonista de la magistral novela de Gabriel García Márquez, “Cien años de soledad”.

Y una lección me llevé: mi próximo libro será presentado en El Corozo, lugar donde nací. Todos invitados.

* El autor es poeta.
E-Mail: rafaelpinedasanjuanero@gmail.com

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