Opiniones

Entramado en el cálculo del PIB regional

NUEVAS LECTURAS ACADEMICAS

Por BARNARDO HIRAN SANCHEZ MELO

Recientemente el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, MEPYD, en coordinación con la Oficina Nacional de Estadísticas, ONE, y el apoyo técnico del Banco Mundial, BM, puso en circulación el documento Aproximando El PIB a Nivel Regional en República Dominicana.

Como es ampliamente conocido el PIB constituye una de las variables macroeconómicas de mayor relevancia, pues sirve de base para diseñar políticas públicas, para la formulación del Presupuesto Nacional, establecer referencias de nivel de endeudamiento, establecer niveles de gastos, como por ejemplo el 4% del PIB a la educación, para conocer el desempeño de la economía, así como para evaluar, analizar y prever fenómenos económicos. Además de constituir un indicador de amplio espectro, tal y como lo especifica el documento, al permitir: 1.  estudiar la importancia y la dinámica de la producción y el empleo dentro del territorio nacional; 2. medir la contribución al crecimiento de cada región; 3. analizar la composición sectorial de las regiones;  4. cuantificar la importancia relativa de cada industria a nivel regional; y 5. contribuir en el diseño de políticas redistributivas, asistenciales, y fiscales con enfoque territorial.

En lo relativo a la cuantificación del PIB a nivel regional, un aspecto de suma importancia lo constituye la metodología empleada en el estudio, para lo cual se utilizó un método descendente, consistente en una estimación del Valor Agregado Bruto (VAB) para diferentes industrias a nivel regional a precios corrientes y en términos de volumen. La estimación del VAB se realizó a través del cálculo de un índice de reparto, el cual permite regionalizar el valor agregado sectorial nacional entre las 10 regiones económicas del país, cónsono con la Regiones Únicas de Planificación, aprobada por Ley 345-22.

A partir de los datos mostrados en el documento, disponible en el portal del Ministerio, presento un análisis particular de las variables agregadas a nivel territorial, con el propósito de acercar aún más los resultados referentes a la distribución del PIB, conforme a especificidades del  valor creado  en cada una de las regiones económicas, con la finalidad de contribuir al diseño de políticas públicas en el orden económico, social, sectorial, institucional y productivo, a partir de acciones que impliquen mayor valor añadido a las actividades productivas a nivel de  cada región. 

Veamos: 

En términos de participación en el PIB, calculado para un promedio de 5 años, 2015-2019, la Región con mayor participación en la conformación del producto, lo constituye la Región Ozama, con 41.2%, seguido de Cibao Norte con 14.9%, Valdesia con 8.8%, y Cibao Sur con 7.9%, siendo la región Enriquillo la que menos contribuye con apenas 2.4%. En ese orden, la producción de bienes y servicios se concentra en un 72.8% en esas cuatro regiones, que a su vez concentra la mayor cantidad de la población dominicana con 69.1%.

En tanto, las restantes seis Regiones (Cibao Nordeste, Cibao Noroeste, Yuma, Bohechio, Enriquillo, Higuamo, El Valle) aportan al PIB nacional un total de 27.2%, con una población de 39.1%. Es decir, mientras en cuatro regiones cada 1% de la población aporta un 1.05% en la creación de PIB nacional, en seis provincias cada 1% aporta un 0.70% al producto. Lo que se traduce en menor producción por habitante, o en términos de indicador de eficiencia en menor productividad. Un dato relevante que refleja las disparidades productivas regionales, lo constituye el valor agregado por sector, siendo tres regiones (Ozama, Valdesia y Cibao Norte) las que mayor concentración presentan en la rama manufacturera, con un 88.6%, y la rama comercial con un 65.6%.

Otra forma en que se muestra el PIB regional es en términos per cápita, siendo la Región Cibao Sur, (compuesta por las provincias de La Vega, Sánchez Ramírez y Monseñor Nouel), la que ocupa un primer lugar con 492,137 pesos corrientes per cápita, al año 2019, seguida por la Región Yuma (El Seybo, La Romana y La Altagracia) con 488,249 pesos, y en un tercer lugar la Región Ozama, integrada por las Provincias Santo Domingo y Distrito Nacional, con 474,777 pesos corrientes. En último lugar se encuentra la región Enriquillo (Barahona, Bahoruco, Independencia, y Pedernales), el territorio más deprimido económicamente, con 288,143 pesos.

En pocas palabras: las variables analizadas permiten verificar una desigualdad significativa en la producción de bienes y servicios en las regiones, lo que demuestra una gran disparidad en términos de generación de riquezas en los diversos territorios a nivel nacional. 

Los Ajustes 

Becattini y Rullani (1995) sostienen que la actividad económica se desarrolla en un espacio concreto, debiéndose tener en cuenta las especificidades del territorio al momento de realizar cualquier tipo de análisis y definir estrategias de desarrollo (en lo relativo a la creación de riquezas, bienes y servicios). De igual modo, Alburquerque, (1997) sugiere que una estrategia de desarrollo sustentada en el aprovechamiento de los recursos y potencialidades (sociales, culturales, humanos, y ambientales) del territorio, debe ser impulsada por la propia comunidad, de modo que sea esta la que protagonice el proceso de cambio estructural, que permita mayores niveles de crecimiento y bienestar a la población.

En ese orden, presento algunos ajustes a determinados sectores económicos, cuya contribución a la formación del producto pudieran imputarse a la extraterritorialidad, en el sentido de que su valor agregado se forma o bien a nivel nacional o bien como exportación. Se corrige la producción a nivel de la localidad los sectores de Mina en un 80% de su valor agregado bruto; y el agropecuario en un 40% de su valor agregado bruto, en el entendido de que el restante 60% de este sector altamente encadenado se atribuye a la intermediación. Así, se obtiene que la región que pasa a tener un mayor PIB per cápita es Yuma, con 480,046 pesos, mientras Ozama sube al segundo lugar con 469,080 per cápita, bajando de manera significativa, al quinto lugar la región Cibao Sur con 383,276 per cápita.

Se destaca que al corregir los valores del PIB per cápita a partir de ajustes a los sectores energía y agua, las posiciones en términos de PIB per cápita se mantienen en el mismo nivel, sin embargo, se reducen los valores en todas las regiones. En siguiente orden, Yuma se reduce a 479,466; Ozama a 462,043   y Cibao Sur a 380,977.

Es importante resaltar que el PIB extraterritorial (o producción imputada no a una Región especifica), en el caso del estudio representa un 1.0% del total del PIB nacional al 2019; con la corrección, de la producción de las ramas Minería y Agropecuaria se incrementa a un 4.86%; mientras que pasa a 6.13% con la corrección de los sectores energía y agua.

En lo que respecta a la estructura del PIB por regiones, es importante destacar que, el sector agropecuario representa en promedio el 14.1% en la composición de sectores productivos de 6 regiones con una totalidad de 7.08 millones de habitantes, para un 68.4% de los habitantes del país, siendo una de las ramas productivas con mayor nivel de encadenamiento y una de las ramas de mayor generación de empleos en la zona rural y urbana, al generar el 9.27% de los empleos, con total de 412,824 personas en el sector formal e informal, lo que contrasta con su incidencia en el crecimiento del PIB, que apenas alcanza el 0.1%.

En tanto el sector manufacturero, que incide en un 1.6% en el crecimiento del PIB, promedia en tres regiones (Ozama, Valdesia, Cibao Norte), un 88.6% en el valor agregado bruto, Con una población de 6,428,687 habitantes, igual a un 62.1% del total nacional. Y un total de ocupados de 492,654, para un 11.1%, de empleos generados en el sector formal e informal. Este sector añade al PIB en promedio de 5 años el 1.8%. Solo superado por el sector servicio con 3.14% de VAB al PIB. En el cual el sector comercio ocupa el 21.5% de la población empleada con 955,730 empleados. Concentrándose en las tres regiones mencionadas el 65.6% del PIB generado por la rama comercial en la territorialidad. 

En suma, la corrección a las cifras del estudio, no sólo corroboran las grandes brechas en la creación de bienes y servicios a nivel regional, sino también resalta la necesidad de desagregar aún más las variables macroeconómicas a los fines de aportar más información y datos que sirvan de sustento a los hacedores de políticas públicas.

  • El Autor es Economista,, Ph. D.

 

 

 

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