Variedades

Cortijo y su combo, el general Bonetti Burgos y el fósforo prendido en San Juan de la Maguana

EXPRIMIENDO LA MEMORIA

Por LUIS RAMON DE LOS SANTOS (Monchín)

De vez en cuando me da con recordar casos y cosas ocurridas y casi olvidadas en mi pueblo San Juan de la Maguana, acontecimientos que de una u otra forma le dieron calor y contexto a la cotidianidad casi aburrida con que se desarrollaba el reloj citadino.

Trato de exprimir la memoria en procura de dejar para la posteridad algunos de esos hechos, sencillos y simples para algunos, importantes para otros y desconocidos para la nueva generación, esa que desgasta su existencia escuchando reguetón y hablando «plepa» por una vaina llamada celular.

En 1959 fue presentado en el Hotel Maguana nada más y nada menos que Cortijo y su Combo; la presentación fue hecha dentro de las instalaciones del hotel, ya que aún no había sido terminado el mal llamado «Patio español».

Cortijo era la sensación musical del momento, su vocalista de cabecera Ismael Rivera, provocaba emociones a granel cuando interpretaba los que se consideraban carta de presentación de la agrupación: «Quítate de la vía perico» y «Severa»; a un peso la entrada, el hotel estaba lleno, como parte de la concurrencia estaba nada más ni nada menos que el general de brigada Luis Ernesto Bonetti Burgos, comandante de la Tercera Brigada del Ejército acantonada en San Juan de la Maguana.

El adusto general estaba de pies, disfrutando el concierto cuando de pronto sintió que algo caía en su kepi, era un fósforo prendido que alguien había arrojado; sin inmutarse el general miro hacia atrás, nadie le pareció sospechoso; observó que el fósforo había quemado parte del kepi y aparentemente sin molestarse se marchó del espectáculo. Algunos minutos más tarde el maestro de ceremonias Pablo Garrido, anunciaba la suspensión de la presentación alegando que el conguero del combo «se había puesto malo y la agrupación no contaba con un reemplazo».

Otro de los acontecimientos que hoy traigo a colación ocurrió en junio del año 1958. El presidente Rafael Leónidas Trujillo Molina de visita en San Juan De la Maguana se encontraba en la residencia de su compadre don Pedro J. Heyaime, asistiendo a una cena en su honor, de pronto el hombre fuerte del país se paró de su asiento, llamó a su jefe de seguridad y le ordenó que nadie lo siguiera, salió de la residencia y con pasos firmes cruzó el parque central hasta llegar al frente del edificio de la Iglesia Católica, se sentó en uno de los bancos frente al mismo durante largos minutos, provocando no sólo la curiosidad, sino también el desconcierto de los asistentes a la cena y de la seguridad presidencial.

Nadie supo jamás la razón de su extraña conducta, sólo se dijo, sin confirmación, que los pantalones del jefe estaban meados abundantemente.

En otro artículo de esta serie les voy a contar sobre la visita a San Juan De la Maguana del famoso cantante colombiano Víctor Hugo Ayala.

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