Cartas al Director
Frente a una aplastante derrota: Una clasecita
Señor Director:
La reciente barrida que sufrimos en la recién pasada elecciones de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), se inició con el triunfo de nuestro Partido Revolucionario Moderno (PRM) en las elecciones del 2024, que coincidieron con las elecciones que meses después realizaría el ente sindical, la cual perdimos porque en estampida nos fuimos todos a ocupar puestos de técnicos, dejando huérfanos de líderes y cuadros, los centros educativos del país. Fue como abandonar el Campo de batalla, para satisfacer apetencias individuales, sin pensar las consecuencias que ese comportamiento conllevaría.
A eso hay que agregar que, en los años siguientes, no se hizo ningún esfuerzo dirigido a llenar los espacios vacíos que habíamos dejado en los centros educativos.
Pero, además, de no llenar los huecos dejados por la estampida de nuestros cuadros y líderes para arremolinarnos en la regional y los distritos educativos, no hemos sido capaces de revertir las narrativas y relatos de nuestros adversarios, a pesar de ser nosotros los más honestos y sinceros compromisarios en la defensa de los mejores intereses del magisterio nacional como lo demuestran las estadísticas de logros del magisterio en cuanto a buen trato, mejores salarios y condiciones laborales, ejecutadas por nuestra organización magisterial peñagomista, cada vez que hemos estado al mando de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP).
También hay que decir que nuestro comportamiento y actitudes, no se han correspondido con nuestros objetivos operacionales, tácticos y estratégicos, a pesar del gran esfuerzo desplegado por la Dirección Nacional Ejecutiva en ese sentido; se puede afirmar de manera categórica, que la dirigencia media de nuestro Frente, no se ha correspondido con esos lineamientos y objetivos, sino que por el contrario han antepuesto otras ideas, como por ejemplo cuando se planteó la organización del frente en cada centro educativo, nuestros dirigentes medios dijeron que lo había que hacer era obligar a los compañeros que fueron ascendidos a que se comprometieran a buscar cada uno tres maestros para llevarlos a votar, porque eso nos garantizaría el triunfo.
Sucede que los actuales jefes del Frente y la Corriente ven esa entidad como escalera y no como surco. Eso es así, porque como decía Clodomiro Alcántara, carismático dirigente sindical y político ido a destiempo, la generalidad de nuestros dirigentes medios, carecen de formación política; esa carencia los conduce a comportarse no como demócratas, sino como autócratas, que no asumen ningunos de los trazos de la dirección nacional y no tienen empacho para mentir, porque son mitómanos consumados, que no ven más allá de sus mezquinos intereses.
Nunca han asumido ni una coma ni una tilde de las tareas dispuestas por la dirección nacional, porque son como el “carrao” que según decía mi difunto padre, es un ave que su sistema digestivo lo compone una sola tripa, de modo que, los alimentos les entran por un extremo y les sale por el otro sin digerirlo, razón por la cual no engorda y se mantiene flaco.
Luego, cuando la dirección ejecutiva nacional del frente y corriente magisterial José Francisco Peña Gómez trazó una serie de líneas de trabajo, con miras a la realización del fortalecimiento y crecimiento del Frente y la Corriente, la dirigencia media de nuestra organización en nuestro municipio, hizo caso omiso a esos lineamientos, con otros planteamientos, desconociendo de esa forma el centralismo democrático, principios que estatuye, que los organismos inferiores se subordinan a los superiores.
Y en cuanto a los que hoy alegan desde esa dirigencia media de nuestro Frente, que medidas ejecutadas por la administración central del ministerio de educación son las responsables de la vergonzante y aplastante derrota recibida, debemos recordarles que cuando una organización cualquiera que sea tiene claridad en cuanto a su misión, su visión y sus valores, y los asume, ninguna medida de última hora puede hacer variar el logro de las metas que se ha propuesto esa organización.
En ese sentido hablando de triunfo y derrotas, traigo a cuento la memorable Batalla de Ðiện Biên Phủ, en la cual un ejército de campesinos descalzos, sin uniforme, mal armado, pero bien entrenados y comprometidos hasta la muerte con su visión; su misión y sus valores, le infringió la más aplastante derrota, a un ejército profesional bien uniformado y mejor armado en aquella histórica y memorable Batalla Ðiện Biên Phủ entre el ejército de campesinos de Vietnam y el ejército del imperio francés de aquel entonces.
En conclusión, la derrota que sufrimos en las elecciones recién pasada de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), en mi humilde opinión se debió al hecho, en primer lugar; por el desplazamiento de los líderes que teníamos en los centros educativos hacia la regional y los distritos educativos. La no reposición a tiempo de esos líderes y dirigentes magisteriales en los centros educativos.
La falta de seguimiento de las directrices de la Dirección Ejecutiva Nacional de nuestro frente y corriente, por parte de la dirigencia media. La carencia de formación política y sindical de nuestros líderes medios en cuanto a la misión, visión y valores de nuestra organización peñagomista.
Atentamente.
Rubén Ramón