Opiniones

¿Habrá una Recesión Económica en los Estados Unidos?

LECTURAS ACADEMICAS

Por BERNARDO HIRAN SANCHEZ MELO

¡Definitivamente no!

¿Por qué no?

No es la primera vez que Estados Unidos recurre a políticas proteccionistas de tipo arancelario.
Durante el gobierno del presidente Ronald Reagan, considerado un paladín del neoliberalismo junto con Margaret Thatcher en los años ochenta, impuso restricciones a las exportaciones japonesas con el objetivo de limitar las importaciones, elevar los precios de los automóviles y productos electrónicos provenientes de Japón.

En efecto, en el 1986, Estados Unidos aplicó aranceles del 100 % sobre ciertos productos electrónicos y restricciones voluntarias a las importaciones de automóviles japoneses como respuesta a lo que consideraba prácticas comerciales desleales.

Estas medidas activas estuvieron vigentes entre 1985 y 1994, época en que los radios, televisores, equipos de música importados experimentaron alzas de precios inusitadas, por lo que las marcas japonesas comenzaron a etiquetar sus productos como “made in Malasia” o “Singapur”, evidenciando una triangulación comercial para evadir las restricciones estadounidenses.

Según diversos análisis, los aranceles de 1986 fueron más simbólicos que efectivos, por ser parte de una estrategia más amplia de presión comercial, que en definitiva no condujeron a una recesión ni a una crisis económica en los Estados Unidos, pero sí marcaron un giro hacia una política comercial más nacionalista.

A largo plazo, sin embargo, el proteccionismo no resolvió la pérdida de competitividad industrial estadounidense frente al auge de economías emergentes.

Aunque en cierto modo se recuperó el crecimiento sustentado en políticas de oferta en el periodo referido, al promediar 3.12 % anual, acumulando un incremento del PIB de 68 %, al pasar de 4.34 a 7.29 billones de dólares, crecimiento ligeramente superior al potencial estimado para esa década.

En la actualidad, el presidente Donald Trump ha adoptado medidas proteccionistas similares y quizás más agresivas por la imposición de aranceles a una amplia gama de bienes importados con el propósito de proteger la industria nacional, reducir el déficit comercial y redefinir las relaciones económicas internacionales.

De forma que, la respuesta a la pregunta inicial de este artículo debe sustentarse en argumentos  válidos,

Veamos:

Si bien es cierto que la economía estadounidense registró un crecimiento negativo del -0.3 % en el primer trimestre de 2025, esto no implica necesariamente que el año cierre en recesión. Esta consideración propia, no es por el optimismo de Trump quien ha recurrido al argumento de Milton Friedman, señalado por Paul Krugman en su libro "Vendiendo Prosperidad" "Peddling Prosperity"), donde hace referencia a que “los datos históricos muestran que los cambios de la política monetaria no se reflejan en la economía hasta que no ha pasado un tiempo…”. Y que Trump invoca al referirse a “que los resultados del primer trimestre son reflejos de las medidas desacertadas anteriores del pasado gobierno de Biden”, y sostiene que, con las medidas actuales “vendrá un auge como ningún otro”.

A todo esto, a través de un análisis FODA, se pueden identificar las siguientes amenazas que podrían
derivar en una recesión: altas tasas de interés, de mantener la Reserva Federal tasas elevadas para controlar la inflación, lo cual puede frenar el consumo y la inversión; desaceleración sectorial, al mostrar los sectores como la manufactura y el inmobiliario signos de debilidad; endeudamiento del consumidor, por los hogares enfrentan altos niveles de deuda e intereses crecientes; y una curva de rendimiento invertida, históricamente asociada a recesiones, inversión que persiste desde hace tiempo.

En tanto, las fortalezas que podrían evitar una recesión serian tales como: mercado laboral fuerte, aunque con cierta moderación el empleo se mantiene sólido, sosteniendo el consumo; el gasto del consumidor, dado que los hogares continúan gastando, especialmente en servicios; la inversión en innovación tecnológica, en sectores como la inteligencia artificial, energías renovables y tecnologías emergentes.

Además, de vislumbrarse oportunidades de restablecer relaciones comerciales con Rusia, dada la condición de ser una economía competitiva en sectores como el gas, petróleo, minerales, energía, industria aeroespacial y productos agrícolas.

Así, según diversas fuentes consultadas, la mayoría de los analistas no prevén una recesión profunda, sino una posible "desaceleración suave" o una "recesión técnica leve". En un entorno de baja inflación desde sus picos en 2022-2023, con la probabilidad de que la Reserva Federal comience a reducir las tasas de interés en el transcurso del año en curso, claro está dependiendo de la evolución de la inflación, el empleo y la confianza del consumidor.
A todo esto, es importante destacar el papel que juega la confianza en la adopción de medidas económicas.

Esto a los fines de que las políticas públicas cumplan con los objetivos, debiendo ser coherentes y firmes en su implementación, de modo que los agentes económicos puedan con certeza ajustar sus estrategias productivas.

En ese orden, aterrizando en nuestro patio, las autoridades dominicanas deben asumir las políticas
públicas: monetarias, fiscales, laborales, institucionales y migratorias, de manera consistentes, coherentes y eficaces, pues la ambivalencia y falta de claridad o firmeza genera incertidumbre, lo que dificulta unacorrecta proyección en el mediano y largo plazo de los agentes productivos y sociales del país.

En resumen, la eficacia de las políticas económicas depende no solo de su contenido, sino también de la confianza que generen en los actores productivos y sociales. Incluso frente a incertidumbres y turbulencias, si los agentes económicos confían en la coherencia entre las medidas implementadas y las acciones ejecutadas del gobierno, podrán mantenerse alineados con la direccionalidad de las estrategia asumidas por el Gobierno y contribuir, de esta manera, al logro de los objetivos sectoriales y nacionales.

En lo que respecta al impacto de las medidas del gobierno norteamericano en la economía dominicana será objeto de una próxima entrega.

  • El autor es Economista, Ph. D.

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