Ligia Bonetti está ‘quillada’ con Abinader
Por NARCISO ISA CONDE
Ligia Bonetti es una figura relevante del GRUPO BONETTI / SID, uno de los 10 grupos mega millonarios de República Dominicana.
El origen de esa fortuna arrancó con la apropiación de La Manicera / Sociedad Industrial Dominicana // SID, empresa productora de aceite comestible de maní, la cual fue fundada y asumida originalmente en testaferrato a favor de Trujillo en 1937 por José María Bonetti Burgos y Jesús Armenteros.
En 1939, ambos se asociaron al importador Ernesto Vitienes; y en 1962, la corporación fue usurpada por ellos, a raíz del ajusticiamiento del tirano en 1961 del tirano y del desplazamiento de Balaguer en 1962.
La SID debió pasar a ser una empresa estatal, pero no fue incluida en las expropiaciones post tiranía que permitieron conformar la Corporación de Empresas Estatales (CORDE), el Consejo Estatal del Azúcar (CEA), la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE) y la Corporación Hotelera.
En esa ocasión los Bonetti y asociados recibieron un trato privilegiado del Consejo de Estado (1962-63) y luego han sido protegidos y favorecidos por los gobiernos del PRSC, PRD, PLD y PRM.
Su conversión en monopolio de grasas comestibles y alimentos, y su extraordinaria expansión ha sido el producto de exoneraciones, exenciones, evasiones, subvaluaciones y sobrevaluaciones; concedidas o consentidas por el estado dominicano, bajo administraciones pro oligárquicas y subordinadas a EEUU. Incluye estafas más recientes como la de ANTENA LATINA y ANTENA 2.
En ese discurrir y bajo esa protección, La MANICERA dejó de ser una industria nacional, procesadora de insumos agrícolas producidos aquí; para convertirse fundamentalmente en una industria de ensamblaje de insumos importados y en un emporio comercial importador-exportador, asociado a empresas extranjeras.
De hecho, se desnacionaliza, importando y procesando productos semi-industrializados y terminados de EEUU, y comercializándolos aquí y en otros países: tortas de soya, margarinas, productos Kellogg, detergentes y, jabones; introduciendo la molienda y comercialización de maíz importado; embotellando agua, distribuyendo embutidos españoles, aliándose a COASTAL, distribuyendo cervezas importadas, malta, avena, compotas, whisky, chocolates suizos y estadounidenses…
Expresiones del «quille» de Ligia
El reciente “grito de guerra” de Ligia Bonetti Dubrail se titula Progreso sin enfoque: El riesgo de avanzar sin una visión clara, publicado el 19/09/2024 en el Listín Diario.
Pienso que su reacción híper-crítica tiene mucho que ver con la anunciada eliminación de una parte reducida, a algunas de las grandes empresas, de las exenciones, exoneraciones y privilegios ya insostenibles.
Pero lo cierto es que el grito en altavoz de la presidenta del Grupo/SID dice muchas verdades; y procura, inteligentemente, explotar los profundos y variados disgustos, presentes en el sector industrial más vinculado al mercado interno y al procesamiento de materias primas nacionales.
Los disgustos de todos los tamaños en empresas y en empresarios de variadas dimensiones, sobre todo pequeñas y mediana, se deben a que el régimen de Abinader es una gran mentira en materia de fomento y expansión del desarrollo industrial propiamente nacional.
En realidad, privilegia el capital financiero, el turismo depredador, las empresas de zona franca, el comercio importador, las industrias de ensamblaje, la minería destructiva, las empresas comerciales intermediarias, las cadenas de comida basura y las APP y Fideicomisos destinadas a apropiarse de naturaleza,
Por su parte, el tono empleado por la alta ejecutiva del Grupo Bonetti, permite medir el grado de incomodidad que ella revela al inicio del referido artículo, cuando expresa que es “realmente fascinante, casi digno de un guion de ciencia ficción, imaginar cómo un país puede aspirar a la prosperidad sin ningún tipo de estrategia para el crecimiento de sus sectores productivos.”
La verdad es que, al margen del poder realmente operante, existe una la denominada “estrategia nacional para el desarrollo”, carente de contenido real para no desarrollar el país, en tanto es esencialmente neoliberal y ha sido muy intenso el coloniaje anterior; aunque no tanto como el del régimen neocolonial y empresarial de Abinader, los Vicini y el Comando Sur.
Ligia vuelve a carga, agregándole un tono de burla a su primera expresión. al afirmar que “en este escenario casi surrealista, la competitividad parece un lujo innecesario, una idea anticuada para los gobernantes que, evidentemente, han descubierto el secreto del desarrollo espontáneo: Hacer que la economía florezca a golpe de improvisación.”
Más aún –agrego yo- cuando gobiernan empresarios voraces y corporaciones transnacionales que desplazan a otros de calaña parecida, hartos de privilegios evidenciados.
Y todavía peor cuando se gansteriza el capitalismo –como es el caso aquí y en el mundo- porque entonces la competencia por saquear el patrimonio público y natural del país, entre grupos y facciones de la gran burguesía, se torna feroz.
Ligia está “quillá”, tiene un pique con el turquito engolfado, que es un empresario metido a político y aliado carnal de otras facciones del gran capital.
Pleito inter burgués
Los magnates de la SID saben mucho de explotar al pueblo, coger lo del Estado y pelearse con quienes intentan desplazarlos.
Ahora sucede que la crisis del modelo neoliberal y el peligroso status de su deuda eterna, obligan a recaudar; y entre otros modos, lo van hacer suprimiendo exenciones, exoneraciones y leyes que no resisten más tolerancia, al mismo tiempo pretenden ampliar la base del ITBI, lo que es criminal en tanto machaca más a los pobres y a los sectores.
Es evidente que el gobierno -para sacrificar aún más al pueblo trabajador, a la pobrecía del país y a los sectores medios- necesita, mercadológicamente, pellizcar al Grupo SID y a otros parecidos.
De todas maneras, su disgusto con el gobierno y las ganas de “joderle la pita”, llevaron a Ligia Bonetti a formular esta pregunta «fuñona»:
“¿Qué mejor manera de recaudar fondos que eliminando leyes que promueven el desarrollo, la innovación y la modernización? Claro, esas leyes, lejos de ser herramientas claves para el avance económico, deben ser vistas como un estorbo, ¿no es así? “
Resulta, sin embargo, que esas leyes solo han desarrollado a elites capitalistas inescrupulosas y a potencias imperialistas; generando desigualdades brutales y degradaciones materiales y culturales abominables.
Ese «flux» no le sirve a la SID
Pero donde la turbidez de esa pugna inter burguesa se torna “transparente”, es cuando la jefa de la SID afirma:
“Y qué decir del sector industrial dominicano, que ha sido prácticamente ignorado, mientras se coloca en un pedestal al capital extranjero de los hoteles y las zonas francas. Porque, por supuesto, el capital nacional parece ser menos importante, menos brillante y merecedor de incentivos. ¡Qué ironía! En un país que, en teoría, debería priorizar su propio desarrollo interno, resulta que los dólares externos son más seductores que las oportunidades de crecimiento de sus propias industrias. “
Todo eso es verdad, pero ese «flux» les sirve a otros. Pero no a un monopolio ensamblador y comercializador de alimentos, grasas comestibles degradantes de la salud y liquidador de la industria del maní, previamente usurpada.
No le cuadra a una corporación oligárquica, asociada a empresas extranjeras de margarina, de grasas de mala calidad, de detergente y maíz transgénico; convertida en ensambladora de alimentos e importadora, aliada a la mafia de los combustibles, embotelladora del agua pública e importadora de bebidas.
Definitivamente no les encaja a usurpadores de propiedades públicas y socios criollos de la gran estafa de Ángel Remigio Gonzáles (alias «EL FANTASMA»), gánster económico mexicano estadounidense. asaltante impune de dos potentes televisoras nacionales, Antena Latina y Antena 21.