Opiniones

Males Ancestrales

Por EMMANUEL ABREU REYES

En toda Latìnoamèrica existen males que, a pesar de creerlos superados, regresan a una velocidad
pasmosa e impactan a las sociedades de manera determinante, y que se creían superados. Ejemplo de
esto fue el asesinato del candidato a la presidencia en Ecuador, Fernando Villavicencio.

Hemos recordado de que en Colombia pasó lo mismo con un candidato liberal, Jorge Eliécer Gaitán Ayala (23 de enero de1903-9 de abril de 1948).

Ambos atentados han sido tan parecidos en su forma, que ya dicen que el crimen fue ejecutado por sicarios colombianos vinculados al narcotráfico, en circunstancias tan similares porque fueron en períodos de campaña electoral, las cuales se convierten en un carnaval.

En la República Dominicana se gastan cada cuatro años más de 2 mil millones de pesos, que le entrega la
Junta Central Electoral a los partidos grandes, en cambio no le da nada, o muy poco a los pequeños, o
bien no los reconoce para nada, rompiendo con esto la equidad e igualdad consignado en la Constitución de la República.

Tampoco podemos olvidar, de que hay «partiduchos» que sólo tienen «cinco o seis» afiliados, sólo para hacer el bulto y sumarse con fines pecuniario a los grandes partidos, a fin de obtener beneficios económicos o un puesto en la administración pública.

Estos males ocurren en cada proceso eleccionario, que como dijimos, se convierten en un carnaval, en donde se gasta el dinero de los contribuyentes, a manos llena, para que los partidos mayoritarios compren votos, y den prebendas de todo tipo. Si pudiésemos usar todo ese dinero para pagar la deuda externa o para escuelas que repercutan en educación, educación y educación, estaría bien usado.

Es preciso ya, que cada partido se pague su campaña, y si es un corrupto, jamás usaría el dinero que se robó, para promoverse a diputado, senador a unas elecciones, las cuales se convierten en un show de mal gusto.

Cuando se acercan los torneos electorales, arrecian los cobros de electricidad, aumentan las tarifas por
kw/hora. Eso está pasando ahora, y el descontento del pueblo lo vemos en las oficinas de Protecon. Pensamos
que estas cosas, unidas a lo caro que se ha tornado vivir aquí, van menoscabando la popularidad del Presidente, que va a intentar la reelección.

Creíamos que esos defectos estaban superados, pero en muchos aspectos la vida sigue igual, aunque tenemos que reconocer algunas mejorías mínimas en el gobierno actual, como es el nombramiento de Miriam Germán en la Procuraduría General de la República y la persecución e imputación de un puñado de corruptos.

Como vemos, son males eternos, que ocurren cada 4 años, independientemente de quien esté en el
poder. Por eso es que los problemas no se resuelven, porque el Presidente entrante, salvo honrosas
excepciones, acaba haciendo lo mismo que el anterior.

Vemos como los senadores y diputados a pesar de que en la campaña electoral decían que no tomarían el barrilito y cofresito, han terminado cogiéndolo, un ejemplo es el caso de la senadora del Distrito Nacional, entre otros.

Asimismo, vemos a las mafias en los hospitales, ese contubernio del administrador, director
y jefe de personal haciendo negocios; un mal ancestral. Repito, no importa el partido que esté en el poder.

Es conocido, que Leonel Fernández, en vez de imitar a Juan Bosch y de mencionarlo como
referente, lo hacía con el Dr. Joaquín Balaguer, y lo mismo hacían Hipólito y Danilo.

La historia se repite en la Policía Nacional, que no importa el jefe nuevo, ahora le llaman director, que llegue la corrupción continuará, porque es una cultura, que comenzó con el creador de esa institución, el «generalísimo» Rafael Leónidas Trujìllo Molina, dictador de horca y cuchillo.

Por eso la Policía Nacional, contrario a mantener el orden público y la seguridad ciudadana, es parte del caos social y la inseguridad, porque lleva la semilla propia del sistema económico, social y político en descomposición.

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