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Más allá del 10%: El verdadero costo aranceles de Trump para economía dominicana

LECTURAS ACADEMICAS

Por BERNARDO HIRAN SANCHEZ MELO

La economía dominicana es relativamente pequeña en el contexto internacional, representa apenas el 0.43% del PIB estadounidense, en tanto las exportaciones totales (zonas francas y productos nacionales) equivalen al 0.26% de las importaciones de los Estados Unidos.

Desde el punto de vista comercial, somos un país "aceptante de precios", es decir, carecemos de capacidad para influir en los precios internacionales de los bienes que importamos o exportamos. Lo que nos coloca en desventaja frente a economías con capacidad para imponer reglas, normas y restricciones comerciales unilaterales, al tener que aceptar como datos fijos los precios internacionales.

Bajo esta condición, resulta relevante destacar que nuestras exportaciones se dirigen fundamentalmente a Estados Unidos. En el 2024, del total exportado (US$13,872.1 millones), las exportaciones nacionales representaron el 36.9%, y las de empresas de zonas francas, el 58.7%. En conjunto, las exportaciones hacia EE. UU. constituyen el 63.1% del total exportado, convirtiendo a este país en nuestro principal socio comercial y fuente clave de divisas.

Sin embargo, el sector de zonas francas, aunque significativo en términos de comercio exterior, tiene un impacto limitado en la economía interna: aporta apenas el 3.4% al valor agregado, emplea al 3.9% de la población ocupada y representa sólo el 0.25% de la masa salarial del total de ocupados. En tanto, el ingreso promedio por trabajador en este sector (RD$21,060) es el más bajo de todos los sectores productivos nacionales.

En lo relativo a las divisas, el ingreso neto atribuido al sector zonas francas fue de US$3,289.9 millones (exportaciones por US$8,142.4 millones menos importaciones por US$4,853.5 millones), lo que equivale al 7.2% del ingreso neto total de divisas.

En cuanto a la estructura del PIB por el lado del gasto, las exportaciones (de bienes y servicios)
representaron en 2024 el 22.6% del PIB, mientras que el consumo final (público y privado) asciende al 79.1%. Esto indica que el crecimiento económico dominicano depende esencialmente del consumo, el cual, a su vez, tiene un alto componente importado, de modo que el sostenimiento del consumo y la producción requiere de una generación constante de divisas, suficiente para sostener el crecimiento de la economía dominicana cercano al PIB potencial de 5.2%.

Según las proyecciones del Banco Central para el 2025, publicadas recientemente, se esperan ingresos por exportaciones de US$14,800 millones, remesas por US$11,000 millones, inversión extranjera directa por US$4,700 millones y un total de ingresos de divisas superior a US$45,600 millones. Paralelamente, la CEPAL proyecta un crecimiento económico del 4.5% para el país, ligeramente inferior al 4.8% estimado en el Marco Macroeconómico del Presupuesto Nacional, cifras proyectadas antes de la “guerra arancelaria” decretada unilateralmente por el Gobierno Estadounidense.

Por otra parte, algunos economistas advierten que la política arancelaria de EE. UU. –en particular la
imposición de un 10% a ciertos productos– podría frenar el crecimiento, reduciéndolo entre 2.5% y 3.0%. Criterio sustentado en la contracción en las exportaciones dominicanas hacia Estados Unidos,
especialmente las provenientes de zonas francas.

A todo esto, según nuestra proyección resultante de un ejercicio econométrico que toma como variables explicativas las exportaciones a los Estados Unidos, el PIB norteamericano, la tasa de cambio, la elasticidad de la demanda de bienes importados, y el PIB dominicano como variable dependiente, tenemos que bajo un escenario de un arancel del 10%, aplicada a las exportaciones nacionales como a las de zonas francas hacia los Estados Unidos podrían verse afectadas, no sólo por el incremento en los precios al consumidor que experimentarían los bienes importados por Estados Unidos, sino también por la corrida de las empresas “maquiladoras” al relocalizar su producción hacia otros destinos rentables, no obstante estar amparadas en regímenes especiales sin fuertes vínculos con la economía loca.

En ese orden, tomando en cuenta que las exportaciones a Estados Unidos representan aproximadamente un 20.3% del total de divisas proyectadas para 2025, y asumiendo un crecimiento del PIB estadounidense de 1.8%, se puede modelar el impacto bajo dos escenarios.

1. Escenario pesimista: Si las exportaciones dominicanas hacia EE. UU. se reducen en un 50%, partiendo de un total exportado, proyectado por el BCRD de 14,500 millones de dólares, el
crecimiento del PIB dominicano podría disminuir a 4.03%, frente al 4.8% originalmente proyectado.

2. Escenario más adverso: Si las exportaciones se reducen en un 50% del nivel de exportaciones respecto de un total exportado proyectado de 12,500 millones de dólares, el crecimiento del PIB se reduciría hasta alcanzar un 3.83%.

En suma, el resurgimiento de políticas proteccionistas en EE. UU. podría tener efectos mixtos para la
economía dominicana, al impactar negativamente nuestras exportaciones reduciendo la demanda de bienes y servicios por el incremento de los precios al consumidor y por la relocalización de empresas de maquila.

Y como posible oportunidad, podrían generarse más empleos en los sectores industriales y manufactureros en territorio estadounidense, beneficiando a los dominicanos residentes allí, quienes podrían acceder a nuevas oportunidades laborales y consecuentemente aumentar el envío de remesas, un componente vital denuestra economía.

  • El autor es Economista, Ph.D.

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