
Mejor muerto que continuar de rodillas
Por EMMANUEL ABREU REYES
A raíz de los acontecimientos de Niger, en que se volvió a dar un golpe de Estado, como en la década
de los 60s y 70s, allí un general llamado Abdourahamane Tchiani, encabezó un golpe para desplazar del poder a un civil, que lo que ha sabido hacer es otorgar las riquezas naturales a particulares, que pertenecen a ese pueblo africano.
Tradicionalmente esa nación la sido estafada por Francia, sumiendo en el hambre, la desnutrición y
subdesarrollo. Igual como sucede con unos 50 países más de la región.
El neocolonialismo es la modalidad actual de las grandes potencias, en este caso Francia, y otras
potencias, que tradicionalmente se han nutrido bárbaramente de las riquezas naturales con que la
naturaleza dotò a estos pueblos, aun sumidos en el analfabetismo, el dolor y la muerte temprana.
Le llamamos neocolonialismo, pero sigue siendo colonialismo, aunque no se flagelen con látigos las
espaldas, pero esto ha sido sustituido por métodos más sutiles de dominación, sin olvidar que en
algunos de los países africanos, los nativos pican piedras para extraer de las rocas el material que les
paga el amo, a precios irrisorios, ejemplo, El asbesto, que para colmo es cancerígeno.
Las grandes potencias se unen para condenar el golpe de Estado de Niger, pero el general les dice que
ese 10% que influye en el PIB de Niger lo usen en darle vivienda en los EE.UU. a los millones que no tienen
vivienda, analfabetas y hambrientos.
Por demás, por fin se están uniendo los pueblos africanos, para defenderse en el caso de ser atacados. La población civil apoya a los militares, ya que están en contra del extractivismo y neocolonialismo que tienen a todos estos pueblos sumidos en la pobreza.
El equilibrio mundial, nos pondrá a ver apoyos necesarios, para evitar que la «unión de los dragones se coman a los pequeños».
De toda la vida, hemos visto como en Sudáfrica, un 10% de blancos dominan a la población de color. Esto lo atenuó un poco Nelson Mandela, pero como salió enfermo de las cárceles inglesa, no duró lo suficiente
para revertir ese designio. Se habla y se escribe sobre este abuso, pero nada cambia en Sudáfrica.
Por fin, los africanos están abriendo los ojos, y como latinoamericanos, esperamos que nosotros
que tenemos situaciones parecidas, algún día también abramos los ojos, y nos enfrentemos de una vez
por todas a nuestra realidad.
Por coincidencia hace unos días se accidentó una yipeta cargando haitianos indocumentados, los cuales cayeron a un canal y se ahogaron 13 de esos nacionales, huyéndole a la pobreza y al hambre. Esto sucedió en un pueblo llamado Pañuelo, que pertenece al municipio de Esperanza. Como vemos esto es un poco más de lo mismo, ya
que las raíces de ese pueblo están en Africa.
- El autor es médico-cirujano, abogado y escritor.