Opiniones

Nayib Bukele: Un gigante latinoamericano

Por EMMANUEL ABREU REYES

Hay un presidente en El Salvador, Nayib Armando Bukele Ortez -mejor conocido como Nayib Bukele, que está haciendo historia, la que debe ser imitada por otros presidentes, para que hagan una política social en beneficio de sus pueblos irredentos.

Este joven de 42 años se decidió a librar a su país de unas bandas asesinas, secuestradores, ladrones, todos con tatuajes hasta en la lengua, pero por demás asociados y dirigidos por sus propias normas, que no dejaban vivir a los salvadoreños.

En ese país ya a las 9:00 de la noche no se podía ir a un parque, so pena de ser secuestrado o tiroteado. Familias enteras eran desplazadas de sus casas, si esta la quería un miembro de las Maras Salvatruchas.

El Salvador es el país más pequeño de América Central y el único que no tiene frontera con el mar Caribe. y un territorio de 20.742 mil kilómetros cuadrados, se sufría un infierno no sólo por las bandas, sino porque la oligarquía controlaba el congreso y los ayuntamientos a su antojo y el erario estaba a su disposición.

Por iniciativa del gobierno que dirige el presidente Bukele se redujo el número de ayuntamientos, de 140 a 44. Esta decisión frenó que síndicos, concejales, secretarios, entre otros funcionarios. se repartían todo el dinero que por diferentes conceptos entraban a los municipios. La queja generalizada era que un país tan pequeño y con tantas provincias y municipios, primara el clientelismo político, para granjearse simpatías otorgando salarios sin desempeñar una función en beneficio del pueblo, asegurándose los votos en las elecciones municipales,

Con los diputados, los cuales existían en ciento y pico, el presidente comprometido con su país, y no con las mafias empresariales, militares, policiales, de ricos empresarios, se redujo a 60 diputados, los cuales son más que suficientes para legislar en el pulgarcito de América.

Como pueden apreciar, previo al mandato de Bukele, cualquier parecido entre El Salvador y nuestra amada República Dominicana, no es simple coincidencia, sino resultado de estructuras políticas, económicas y sociales de un capitalismo dependiente y atrasado, por demás putrefacto.

En nuestro país, no solo hay que reducir el número de diputados, sino también el de senadores. Además, hay que establecer una sola cámara, y reducir considerablemente el número de miembros, Hay que quitar esa aberración de diputados de ultramar.

Creemos que en nuestra nación es necesario sanear a los integrantes de estos creadores del «barrilito», desterrar de su seno a los riferos, narcotraficantes, saqueadores del erario… y aún más importante, evitar que estos leguen a ser electos con recursos del narcotráfico o los propios narcotraficantes.

El Salvador y República Dominicana que se parecen mucho, como otros países del Caribe y de la región, necesitan presidentes que no sean sometidos a políticas neocoloniales impuestas por la ONU, OEA y el imperio.

Nuestros pueblos no deben ser sometidos por un imperio que los consideran patios traseros de América.

Nayib Bukele, ha actuado en el adecentamiento y transparencia del Ministerio Público. Ha conseguido encarcelar a unos 45 mil delincuentes organizados en bandas sumamente peligrosas.

En la República Dominicana se conocen los puntos de ventas de drogas y la vinculación de autoridades oficiales con esas actividades ilícitas y sus capos que la dirigen. En nuestro país, predomina la narcopolítica, la corrupción administrativa, vinculadas a un empresariado mafioso, que pone y quita presidentes y funcionarios a sus servicios. Es necesario un cambio verdadero, impulsado por un Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y Poder Judicial que responda al pueblo dominicano.

Hay que dar una vuelta a la página, liberar a nuestra patria de todos sus opresores de apellidos sonoros, que son los que tras bastidores quitan y ponen presidentes.

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