Opiniones

¡No pasarán!

Por NARCISO ISA CONDE

Las pretensiones neofas­cistas del trumpismo en Nuestra América han si­do confesadas por los hal­cones “electos” o designa­dos, con todo el descaro del mundo.

Sabemos, además, para cuantas fechorías pueden dar Trump, Vance, Musk, Laura Richardson y Rubio, para solo mencionar ese nefasto quinteto, herma­nado en el anticomunismo, el racismo, la xenofobia y la voracidad sobre riquezas naturales ajenas.

Rubio es más rubio que Trump y más colonialista y neofascista que la sombra de los dos nuevos princi­pales inquilinos de la Casa Blanca. Se crio y se formó políticamente en la madri­guera de Miami, mientras Musk es un producto del apartheid sudafricano, del elitismo capitalista y de su opulenta existencia.

Estamos enterados, por sus propios alardes, que sus “panas full” en estos la­res son Milei, Noboa, Buke­le, Bolsonaro, Kast, Muri­llo, Uribe, Duque, María Corina-González Urrutia … y con ellos, y otros de pa­recida calaña, se proponen construir el bloque regio­nal del neofascismo mun­dial.

El plan incluye, además de las pretensiones de estran­gular a Cuba, Venezuela y Nicaragua, la ampliación de ese bloque ultradere­chista, el asalto a otros esta­dos del continente y el pro­grama para intentar rever­tir por la fuerza, mediante la guerra de 5ta generación, todos los procesos que a es­cala continental EEUU no controla.

A Puerto Rico le esperan las consabidas agresiones del trumpismo y su enve­nenada oferta de estadi­dad, ahora con menos po­sibilidades de éxitos, dados acontecimientos (electora­les y no electorales) que re­velan el ascenso de la con­ciencia independentista del pueblo de Borinquén; y, a Haití, una mayor dosis de violencia, caos, racismo y opresión.

Las corporaciones petro­leras, mineras, químicas e informáticas, el Pentá­gono y su Comando Sur, la USAID-CIA, la DEA y el Departamento de Esta­do, confluyen en la misma dirección rapaz para apo­derarse del patrimonio natural del continente. Su hambre de combustibles fósiles, litio, titanio, oro, tierras raras, agua y biodi­versidad, potencia la vora­cidad imperial.

Elon Musk confesó su auspicio al golpe de esta­do contra Evo Morales en Bolivia y declaró que tras el litio y los minerales im­prescindibles para las tec­nologías de punta estaba en disposición de dar gol­pes de estado donde fuera necesario.

Esta contraofensiva impe­rialismo, aunque no lo di­gan, responde a un replie­gue agresivo hacia los que ellos llaman despectiva­mente su “patio trasero” y tiene su razón de ser en los reveces sufridos en otras partes del mundo. Pero es­tén seguro en la tierra de Bolívar y del Che le dare­mos la respuesta que merecen. ¡No pasarán!

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