Retórica belicista, rearme y reconversión industrial de UE: ¿hacia contienda mundial?
Por YARISLEY URRUTIA/Sputnik
PARIS.- El rearme europeo y la tensión entre la OTAN y Rusia elevan el riesgo de una guerra mundial. La escalada verbalizada por Macron responde a una «estrategia de globo sonda» para mentalizar a la población, explican los analistas consultados por Sputnik, para quienes España, con su seguidismo a EEUU, busca autonomía para resolver problemas internos.
Europa parece abocarse a una crisis sobre la que finalmente puede perder el control. Los mensajes institucionales en el marco de la UE y la OTAN auspician un inaudito incremento de la tensión con Rusia, en contraste con las declaraciones del papa de Roma, que pide un esfuerzo para materializar un armisticio en el conflicto en Ucrania. Y en este contexto, el rearme de la UE parece imparable.
Tras el anuncio por parte de la Comisión Europea (CE) del lanzamiento de la Estrategia Industrial Europea de Defensa (EDIP), una iniciativa para potenciar al sector armamentístico de la UE y al que lo dota de inicio con 1.500 millones de euros, se constata el incremento espectacular de las compras de sistemas de armas en el espacio europeo, según datos del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
Los países del continente casi han duplicado (+94%) sus importaciones de armamento entre los periodos 2014-2018 y 2019-2023. Solo entre 2022 y 2023, el aumento se cifró en un 21%. EEUU aumentó sus exportaciones de armas en un 17% durante esos mismos periodos. Y Francia (+47%) superó ya a Rusia como segundo exportador mundial de armas.
Tal es el telón de fondo donde situar las declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, y otros altos funcionarios europeos, como la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, en su apuesta combinada por enviar tropas de la OTAN a Ucrania e impulsar la industria europea armamentística. Si a la reciente incorporación de Suecia a la alianza atlántica se añade la influencia de otros puntos de tensión en el globo, sea en Oriente Medio o en el mar de China, el riesgo de conflagración mundial cada vez es más grande.
¿Hacia un desenlace fatal?
El análisis de la realidad puede arrojar conclusiones sombrías. Es un hecho que los arsenales de la OTAN se han ido vaciando como consecuencia de su transferencia a Ucrania y que el restante apenas bastaría para afrontar amenazas externas. Pero el rearme actual cabe entenderlo no solo como una reposición y la recuperación de un equilibrio.
«La cuestión es, cuál es la finalidad declarada de ir acumulando ese armamento. Se hace acopio no para buscar mayores acuerdos, sino porque se presupone que vamos encaminados hacia un choque, sin frenos», explica a Sputnik Antonio Alonso Marcos, profesor de Relaciones Internacionales en el CEU San Pablo de Madrid, que estima que solo un fuerte cambio del curso de los acontecimientos podría alejar la perspectiva de un conflicto paneuropeo.
En su opinión, hay signos de un «clima prebélico» en Europa, y mensajes de escalada como el de Macron, que aunque luego otros líderes contradicen, atienden más bien a una «estrategia de globo sonda», para que la población europea «se vaya acostumbrando» a la nueva atmósfera y «vaya siendo consciente» de la posibilidad real de acabar enzarzados en una guerra con Rusia.
Cabe preguntarse por la posición que podría adoptar España con una hipotética extensión de las hostilidades. En principio, el Gobierno español no ha secundado las aspiraciones de Macron en este sentido, pero una cosa es mantener un perfil discreto y otra obviar la membresía en la OTAN.
«La posición de España es muy seguidista de lo que se diga en la UE y en la OTAN» mantiene A. Alonso Marcos, que recuerda la declaración que efectuó el G7 durante la cumbre de la alianza en Vilna en 2023, cuando solicitó a casi una treintena de países firmar acuerdos bilaterales de seguridad y defensa con Ucrania.
«El primero en firmar fue el Reino Unido, en enero. Francia y Alemania lo hicieron en febrero, Dinamarca e Italia les siguieron. España está preparando el borrador del acuerdo, que dice que si Ucrania es atacada por otro país, España se verá obligada a intervenir. Es un acuerdo típico de reaseguros, de los tradicionales», señala Alonso.
El Gobierno español mantiene en apariencia un perfil bajo ante la crisis en Ucrania, «pero no es neutral ni autónomo», conviene Monereo. «A la hora de la verdad, seguirá los dictados de EEUU y se alineará con la OTAN», asegura, convencido de que ese alineamiento reporta frutos a la gestión gubernamental. «España saca rendimiento para su industria militar y para su posición; se alinea con EEUU, con la OTAN y la CE para que no se inmiscuyan en sus problemas internos, como ahora con la ley de amnistía. Esa es toda la estrategia».
«Y en este afán de no molestar, se explica la Política española hacia Marruecos: aceptar la estrategia de EEUU en la zona. En todos los temas centrales define posiciones, pero a la hora de la verdad acepta sin rechistar la estrategia de la OTAN no solo en Ucrania, también en Gaza. Mucho hablar, pero no hace nada. Sánchez dice que va a reconocer al Estado palestino ‘en esta legislatura’. ¿Cuántos muertos más necesita para reconocerlo? Es un permanente quiero y no puedo, que al final siempre se escora hacia la posición dominante de la OTAN y EEUU», lamenta Monereo.
Desestabilización y envío de tropas
¿Dimite Victoria Nuland porque no pueden seguir escalando o dimite porque ya están escalando? Es una contradicción que veremos muy pronto. Pero lo que ha caracterizado a Nuland es que, ante cada conflicto, siempre ha tenido la escalada como estrategia, poniéndose en marcha el dispositivo político-militar irremediablemente», indica.
Monereo señala que tal estrategia le ha venido saliendo cada vez peor a EEUU allá donde la aplica, lo cual incrementa el peligro de que estalle una contienda mundial. A su juicio, la «crisis profunda» de EEUU, el miedo de las élites europeas ante un posible triunfo electoral de Donald Trump y la situación desfavorable en el campo de batalla en Ucrania, son elementos que agudizan el problema de la seguridad.
«Hay que esperar al papel de China, la paz del mundo depende de su capacidad para imponerla. Su estrategia diplomática y militar va a ser determinante», asegura.
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