Teatro, puro teatro…
Por EMMANUEL ABREU REYES
Una cantante cubana, que disfrutó de mucha fama en la década de los años 80s. y 90s. del pasado siglo, frecuentemente había que correr a cubrirla porque era tan emotiva que era capaz de desnudarse en público, en una época en que la televisión era recatada. Al recordar sus canciones, se me ocurrió comparar el teatro de los políticos dominicanos y también el gobierno de turno.
Cuando están haciendo política, por ejemplo, viajando a los pueblos, prometen villas y castillos, y una vez ganan traicionan las promesas, incluso hay personas que hasta invierten sus pocos ahorros, y si el partido de la promoción gana las elecciones, se olvida del votante normal, y le da las posiciones a los que tengan apellidos notoria, aun habiendo sido opositores, y tampoco tengan la capacidad para desempeñar una determinada posición.
Hay muchos que venden el voto, a veces lo venden por un «picapollo» y una botella de ron malo, sin tomar en cuenta que con esa acción comprometen el futuro del país, Esperamos que el pueblo despierte y pueda conocer mejor el político partidario que vaya a hacer teatro, para convertirse en diputado o senador, alcalde y Presidente de la República.
Hay un chiste famoso de un político que desarrollaba con entusiasmo un discurso demagógico ante un grupo de seguidores, en estos términos; «…y les construiremos un puente» (uno de los presentes le grito: «candidato, aquí no hay río»), y el politiquero le respondió: ¨Pues les construiremos un río».
Como si fuera poco, otra barbaridad es que les dan las posiciones a los seguidores con nombres sonoros, de apellidos de familias que tradicionalmente han explotado todo en nuestro país.
Aunque reconocemos las actuaciones un poco diferente del actual presidente, pero el problema está en su origen de clase de niño rico, y sus actuaciones han estado en el anuncio de obras que nunca dará ni siquiera el tiempo ni el dinero para ser construidas. Y esta situación nos recuerda que «las clases no se suicidan».
Pero donde el teatro se convierte en tragicomedia es en la justicia. Es de todos conocida, la selectividad interesada en los casos de imputados por corrupción, por eso cada vez creemos menos en la independencia de la justicia, ni tampoco el teatro montado en el manejo de la inmigración haitiana.
En nuestro país hay mucha gente bien intencionada, que nos den una visión real de nuestro país con un manejo pulcro de nuestros dineros, y de la patria en general. No hay un buen manejo de los bienes público, de los impuestos que pagamos todos. Otro escenario teatral, son las privatizaciones, a las cuales hoy se les está llamando fideicomiso.
Al igual que una privatización, el Estado pone el dinero, que sale generalmente de los bolsillos de la población, se instala la empresa, con empresarios políticos generalmente, y ellos después se lucran de todo lo que produce la empresa, y nada para el pobre ciudadano, que sigue «halando aire» sumido en la pobreza. Para ejemplo, basta un botón: Las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) son un fideicomiso, y por otro lado, el fracaso que han escenificado en todas sus variedades, las ARS.
- El autor es médico-cirujano y abogado.