Del ayer artistico dominicano
Por LUIS RAMON DE LOS SANTOS (Monchín)
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La Voz Dominicana fue instalada en un majestuoso edificio revestido de mármol travertino absolutamente acorde con el nombre que su fundador le diera, Palacio Radio Televisor, modernamente equipado con lo mejor de la época, el mando técnico le fue confiado a uno de los hombres más calificados en el área: Lulio Moscoso, las cámaras RCA de proyección de imagen fija, los micrófonos “boom» muy sofisticados para la época unido al diestro manejo de los técnicos entrenados en el extranjero, rindieron los frutos esperados causando la admiración de los cantantes, locutores y músicos internacionales que nos visitaban.
La señal televisiva de La Voz Dominicana proyectada a través de los canales 4, 5 y 12 era posible gracias a un transmisor modelo T.T. 5-A, de 5 kilovatios de potencia de video y 2.5 de audio suficientes, como para que ninguna ciudad de la Republica Dominicana se quedara sin ver u oír la misma, de esa forma nos constituimos en el tercer país de América Latina, sólo detrás de México y Cuba, en tener una planta audio televisiva de ese alcance y magnitud.
La inauguración formal de la misma ocurrió el 1 de agosto del año 1952 justamente a las 12 del medio día con toda la pompa y boato de la época… y no era para menos.
El primer programa presentado fue «Romance campesino», con los inolvidables Felipa y Macario, de esa forma amigos lectores la República Dominicana entraba de lleno y con todos los honores en la era de la televisión moderna.
Las ambiciones de su presidente, fundador y tesorero José Arismendy Trujillo Molina (Petán) iban más allá de la simple transmisión de radio y televisión, en uno de los anexos de la misma se inauguraron escuelas de locución, danza y baile, teatro y canto, se contrataron profesores de Italia, Argentina, Francia, Panamá, Cuba, México y España; muchos de ellos jamás retornaron a sus países de origen dadas las facilidades y los altísimos sueldos de que disfrutaban.
Una vez posicionada la modernísima planta radio televisora se le dio forma a uno de los proyectos más ambiciosos, costosos e innovadores, me refiero a la celebración de la «Semana de Aniversario» de La Voz Dominicana, quienes tuvimos la oportunidad de disfrutar de por lo menos una de esas semanas de aniversario podemos atestiguar, que en ninguna parte del mundo ni para esa época ni para la presente se había presentado un derroche de más luz, talento, magnificencia y lujo, todo en siete días mágicos, donde lo mejor de la época era contratada para presentarse de 8:00 de la mañana a 8:00 de la noche, en un desfile continuo de luminarias imposibles de ver en otro país y circunstancia.
Queda para la tercera y última parte de esta reseña, la descripción de ese evento anual que se me antoja calificar como la octava maravilla del mundo.
Hasta entonces.