Movimiento Guevarista de Bolivia honra a Inti Peredo
Por Prensa Latina
LA PAZ.- El Movimiento Guevarista de Bolivia rinde tributo hoy a Guido Álvaro Peredo Leigue (Inti en la guerrilla del comandante Ernesto Guevara), en el aniversario 53 de su asesinato, con un mensaje circulado a la prensa.
“Para que el éxito culmine los esfuerzos es preciso una disciplina que no sea necesariamente impuesta sino consciente”, expresa un texto escrito por Peredo, junto al que aparece una fotografía del combatiente revolucionario con una mochila a la espalda.
El fragmento del mensaje rubricado por el comandante Inti Peredo agrega que “quien adquiera esta conciencia (…) debe renunciar a todo lo que aspira normalmente el hombre o mujer alienado con esta sociedad opresora”.
Nacido el 30 de abril de 1937, recibió la influencia de su padre, profesor y director del periódico católico El Imparcial, y desde joven integró un pequeño grupo de jóvenes fundadores del Partido Comunista en el departamento de El Beni.
Ocupó diversos cargos y llegó a ser miembro del Comité Central de esa organización.
Junto a su hermano Roberto (Coco), Jorge Vázquez Viaña y Rodolfo Saldaña prestó importante ayuda en la organización del Ejército Guerrillero del Pueblo, encabezado por el periodista Jorge Ricardo Massetti (comandante Segundo), que operaría en la provincia argentina de Salta.
Tras el fracaso de este proyecto, en 1966 fue uno de los fundadores del Ejército de Liberación Nacional bajo las órdenes de Ernesto Che Guevara, quien lo nombró como uno de los comisarios políticos de esa fuerza.
Tras la derrota en el combate de la Quebrada del Yuro, desempeñó un importante papel en la salida del pequeño grupo de combatientes de la zona cercada y su llegada hasta la frontera con Chile.
Regresó a Bolivia en mayo de 1969 y dos meses después publicó el mensaje Volvemos a la Montaña, que desató una absoluta persecución de los cuerpos represivos dictatoriales dirigidos por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos.
Por una delación, el 9 de septiembre de 1969 fue rodeado en una casa de La Paz por 150 soldados y tras una hora de combate desigual fue gravemente herido en una pierna y un brazo por una granada, lo cual facilitó su captura.
En la cárcel fue torturado cruelmente sin que lograran arrancarle ninguna confesión, por lo cual decidieron su asesinato.