
Mujeres en un mundo de hombres
Por JUAN TAVERAS HERNANDEZ
Ser mujer en un mundo de hombres, es sufrir humillaciones, atropellos, discriminación, violación de los más elementales derechos, y, lo peor, la muerte.
La mayoría de las religiones les niegan a las mujeres todo tipo de libertad. La cristiana es de las peores, incluso desde su nacimiento porque Dios, creó al hombre, a imagen y semejanza, es decir, malos. Y al verlo tan “solo” en el jardín del edén, de su costilla creo a la mujer para que le hiciera compañía, advirtiéndole que no podía comerse una maldita manzana del “árbol prohibido”. Pero la mujer, con sus atributos y su inigualable belleza, utilizó sus encantos para convencer al idiota de Adán para comerse la manzana, que supongo debió estar podrida.
Dios, masculino, varón, enojado, condenó a la mujer a parir con dolor a los hijos. Eva, según las escrituras, es la responsable de todos los males de la humanidad por convencer al estúpido de Adán a comerse la manzana. (Cosa más absurda y ridícula). La mujer es pues, la responsable directa de todos los males de la humanidad por haber desobedecido una orden directa de Dios. (Oh no, no puede haber un razonamiento más desconcertante).
Las demás religiones no son menos arbitrarias y absurdas en contra de la mujer. Si yo fuera mujer, sería atea. De hecho, lo soy sin ser mujer. No se equivocó Marx cuando dijo que la religión es el opio de los pueblos. Alrededor de las mujeres se han creado miles de historias falsas, de prototipos de belleza que solo han servido para reducirlas a un objeto decorativo de pasarelas inútiles, contribuyendo a conceptualizar los prejuicios y tabúes que la enajenan y embrutecen.
En este mundo históricamente de hombres, la mujer es un ser inferior, de segunda, tercera o quinta categoría. Muchos las tratan como un objeto, como una cosa, no como un ser humano, digno, inteligente, productivo, tenaz, valiente, que le ha dado a la especie humana grandes victorias en su lucha por sobrevivir ante las adversidades de la naturaleza. Sin la mujer la humanidad no estaría donde está. Probablemente habría sucumbido en medio del hambre, las guerras y los avatares de la naturaleza. Fue la mujer la creadora de la agricultura, lo que ha permitido la alimentación y sobrevivencia de los humanos.
Los hombres deberíamos adorar, venerar, respetar y colocar en un pedestal de honor a las mujeres. En este mundo de hombre la humanidad no existiría sin la mujer, no sólo porque ella le da vida a la vida, sino por sus aportes al desarrollo de la civilización en el arte y la cultura, en la ciencia y la tecnología.
Han sido tantos los obstáculos que han tenido que vencer las mujeres a lo largo de la historia, que cuesta creerlo