Variedades

Sobre esa magia llamada bolero

Por LUIS RAMON DE LOS SANTOS (Monchín)

Me confieso y acuso de ser un impenitente investigador, seguidor y amante del bolero de sangre, así como lo leen, de sangre. Ese tipo de bolero cuya matriz es la pena que provoca una despedida, despecho incluido, ha sido, sino el cura confesor de millones de amargados, el rezo perenne de quienes han hecho suya la inspiración ajena, de hecho, el bolero es sin lugar a dudas la oración más rezada en el mundo, pues lo mismo la musitan los cristianos y los que no creen en nada ni nadie.

Hoy es un día propicio para recordar, es invierno en Norteamérica, el frio te obliga a permanecer en la casa y yo que de cuerdo tengo lo que un ateo tiene de cristiano. me atrinchero en mi rincón preferido y con una copa de brandy medicinal y un Partagás, traído de Cuba, me dispongo a escuchar a dos de mis intérpretes preferidos: Lucho Gatica y Panchito Riset. He dejado para después el placer de disfrutar a Toña La Negra y a Los Panchos, porque estoy consciente de que mi corazón no podría resistir tantas emociones juntas.

Rebuscando en la desorganizada organización de mis notas y papeles he encontrado unos apuntes muy interesantes escritos por un chileno de nombre Juan Podestá Arzubiaga, sociólogo docente de la Universidad de Iquique, el título de los mismos me llamó poderosamente la atención: «Apuntes sobre el bolero desde la esclavitud africana hasta la globalización».

En el mismo se recogen diversas opiniones sobre el bolero; para enriquecer este articulo (perdón por la inmodestia) voy a escoger algunos que estimo interesantes: «El bolero es un discurso que nunca se cierra y permanentemente se renueva»; de su lado, el dominicano Pedro Delgado Malagón, ingeniero y «sibarita opina que «el bolero es una atmósfera, un clima y una tensión».

Otra de las opiniones que más me ha llamado la atención es la de la escritora Gladis Lara » El bolero es la forma más usada para mostrar el lado más humano de América Latina y cierro estas citas con lo expresado por el venezolano Juan Bolívar Gratenol «El bolero es un molde existencial que se repite en el mundo cotidiano y que forma parte de nuestro aprendizaje amoroso y sexual».

Como pueden ver mis amables y sufridos lectores el bolero es parte del ADN de todo aquel ser humano que sienta, aunque sea un mínimo cosquilleo cuando escucha el primer acorde de la guitarra de Gilberto Monroig o la dulce plegaria de un bolero de Lucho.

No quisiera terminar estas notas sin antes decirles que el bolero es a mi juicio (si es que me queda algo) del único amigo fiel que nos perdona, pues le canta al amor, infidelidad incluida, con la misma sinceridad con que lo haría un polígamo.

Por el momento me retiro, las «Blancas azucenas» de don Pedro me indican que debo darle un respiro al brandy y que el Partagás, que me trajeron de mi Cuba bella, está próximo a exhalar su último suspiro.

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