
Una mirada crítica al problema de la educación
Por IRENI A. SIERRA PEREZ
En los últimos meses o podríamos decir años, ha tomado fuerza una narrativa que vincula directamente el aumento del salario de los maestros con una supuesta disminución en la calidad educativa. Las redes sociales se han inundado de críticas que señalan al docente como el principal responsable del fracaso escolar. Sin embargo, esta visión simplista ignora la complejidad del sistema educativo y la multiplicidad de factores que inciden en los procesos de enseñanza y aprendizaje.
¿Quién es el verdadero responsable de la calidad educativa? Para responder a esta pregunta, es fundamental comprender un concepto básico: los actores del proceso educativo. Como bien dice la frase " la escuela somos todos" la responsabilidad recae en un conjunto de elementos interconectados: el Ministerio de Educación, los directores de centros educativos, las familias, los estudiantes y la comunidad en general. Dentro de este entramado, también son cruciales la infraestructura, los recursos disponibles y una adecuada planificación.
Tenemos un problema significativo mientras no se reconozca que todos somos responsables de lo bueno o lo malo que ocurre en la educación. Es imperativo que el rol de cada entidad sea no solo reconocido, sino que también se cumpla cabalmente. Ya basta de evidenciar solo en redes sociales, de " cumplir" con nuestro compromiso únicamente con fotografías, sin un impacto real en el día a día.
Según los informes que indican una baja en la calidad educativa, ¿quién ha señalado como culpable al Ministerio de Educación en su conjunto? Muy pocos. Más bien, como reza el dicho, " la soga siempre se rompe por lo más delgado": el docente. Es el maestro quien soporta la carga más pesada en este trayecto, quien entrega todo su ser en el aula, y quien, al jubilarse, a menudo solo le queda la opción de "morir" porque los años de dedicación lo han consumido.
El salario docente no es la única clave
Si el sistema no garantiza condiciones dignas, acompañamiento pedagógico como corresponde, recursos adecuados y políticas coherentes, no hay aumento salarial que, por sí solo, asegure la calidad educativa. La mejora de la educación es un desafío multifactorial que requiere un compromiso genuino y colaborativo de todos los involucrados.