Cuando estuvimos en Ucrania
Por RAFAEL PINEDA
Transcurrían los primeros días del otoño del 1985 cuando, formando parte de un colectivo integrado por estudiantes, pero también por profesionales, obreros y líderes comunitarios, iniciamos viaje con escalas en Puerto Príncipe, Kingston y La Habana desde donde, luego de una estadía de reconocimiento, abordaríamos el avión de Aeroflot que nos llevaría al Ducado de Luxemburgo, después a Dublín, Irlanda y finalmente a Moscú, donde ya estaban, guitarra en ristre, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, entre otras figuras del arte y la cultura del mundo, para participar en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.
Acontece que recientemente, en un encuentro para tratar temas de cultura organizado por el Viceministerio de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Regional, nos encontramos con el folclorista Roldán Mármol, a quien tenía casi 30 años que no veía. Cuando lo saludé, no se acordaba de mí, y tuve que mencionarle el viaje que hicimos juntos, aquel año cuando estuvimos en Ucrania.
Era normal que no me recordara, a mí también me pasa con amigos de antaño.
Le dije que, para un dominicano, Ucrania es uno de los países más distantes del universo y que al nacional de nuestra patria que haya vivido una travesía tan singular viajando a la provincia de Donetsk, haciendo 16 horas en tren, visualizando más girasoles que los de Sofía Loren en la película “Los girasoles de Rusia”, de Vitorio De Sica y Marcello Mastroianni, no le da para pensar diferente, ni para borrar de su lista a sus compañeros de camino.
Recordando los bellos días de ese gran viaje, vemos hoy cómo los Estados Unidos y sus incondicionales aliados europeos, financian en Ucrania un proyecto militar contra la Rusia de León Tolstoi, Máximo Gorki, Nicólai Ostrovski y de Evgueni Evtuchenko (el inolvidable cronista que el año 1984, por iniciativa del poeta Mateo Morrison, diera un recital de poesías en el aula Magna de la Universidad Autónoma de Santo Domingo).
La Rusia donde aquel otoño hicimos guardia junto a la tumba de Lenin, visitamos la residencia de Gorki y conocimos el impresionante teatro Bolshói.
Con nosotros viajaban, entre otros, Xiomara Fortuna, Patricia Pereyra, Luis (el terror) Días, José Mármol, Alberto Lara, Chío y Germán Villalona, Rainelda Estévez, Carlos Sangiovanni, Faustino Collado, quien, en condición de secretario general de la Fuerza Juvenil por el Socialismo, era el presidente de la delegación cuyo vicepresidente era José Bujosa Mieses, representando al Colegio Dominicano de Periodistas.
Estando en Moscú, el lunes 22 de julio partimos para el sur del país de los soviets, hasta alcanzar la frontera con Ucrania. Las 16 horas de viaje en tren nos dieron ventaja para admirar la monumental belleza de las estepas, detenernos en pueblos pequeños, saborear platos típicos y conocer el alma de los rusos.
El destino era Donetsk, liberada por las tropas rusas de la ocupación nazi el 8 de setiembre de 1943. Centro industrial y minero, de casi un millón de habitantes; productora de 62 mil toneladas de carbón por día. Visitamos su centro minero y tuvimos el honor, y la alegría, de ser parte de una jornada de trabajo voluntario.
Fuimos recibidos en la estación de trenes por los líderes de la ciudad, estudiantes, poetas, actores, las muchachas de una compañía folclórica y por decenas de niños ataviados con trajes típicos.
De Ucrania lo que más conocíamos los recién llegados eran las peripecias de “El hombre de Kiev”, relatadas en una película de John Frankenheimer, del 1968, sobre un hombre (Alan Bates) que es encarcelado por crímenes que nunca cometió.
Como huéspedes de la municipalidad de Donetsk fue agotada, durante varios días, una extensa jornada de visitas a la casa de los komsomoles, al palacio de pioneros, a los museos, fábricas, teatros, encuentros con diputados, intelectuales, veteranos de la Guerra Patria, obreros, técnicos, ingenieros; en los koljoses nos reunimos con campesinos.
En cada encuentro los dominicanos formulábamos las preguntas que nos permitieran conocer más acerca de la realidad de Ucrania. De eso le estuve hablando a Roldán Mármol para que recuerde que fuimos amigos esos años, cuando también compartíamos rebeldía con Luis Días, Dagoberto Tejeda, Miguelito Mañaná y José Duluc.
- El autor es poeta.
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