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Legado cultural de Roberto Fernández Retamar para Cuba

Caliban, Felices los normales y otros textos suyos forman parte del patrimonio poético de Cuba

Por Telesur

  • En Casa de las Américas, Fernández Retamar reunió lo mejor del arte y la literatura del continente y aunó fuerzas por la integración cultural de América Latina y el Caribe.

LA HABANA.- Este viernes se conmemora el aniversario 93 del natalicio del intelectual cubano Roberto Fernández Retamar, quien recibió el Premio Nacional de Ciencias Sociales en 2012 y fue director de Casa de las Américas hasta su desaparición física en 2019.

En su legado encontramos su labor como jefe de información de la revista Alba, entre los años 1947 y 1948. En ella entrevistó al Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway. Desde 1951 se incorporó al equipo de la revista Orígenes, una de las publicaciones más importantes de la historia artístico-literaria cubana.

En ella se dieron cita grandes intelectuales como José Lezama Lima, Fina García Marruz y otros que marcaron pauta en al arte cubano. Además, Fernández Retamar fue muy activo como secretario de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), que dirigió junto al poeta nacional cubano Nicolás Guillén.

Fundó en 1977 el Centro de Estudios Martianos, dedicado a promover, conocer y difundir la vida y obra del Héroe Nacional de Cuba, José Martí. En él se mantuvo como director cuando le fue encomendada la tarea de estar al frente de Casa de las Américas como director en 1986.

En Casa de las Américas, Retamar continuó el legado de la fundadora, la heroína cubana Haydée Santamaría. Allí reunió lo mejor del arte y la literatura del continente y aunó fuerzas por la integración cultural de América Latina y el Caribe.

Asimismo, la institución sirvió como guía e inspiración a creadores jóvenes que cada año compiten por sus múltiples premios, entre los que se encuentran de teatro, literatura, composición. Además organiza foros descolonizadores y contribuye a la creación de un discurso antihegemónico.

Desde 1955 fue profesor de la Universidad de La Habana, habiéndolo sido igualmente, entre 1957 y 1958, de la Universidad de Yale, y ofreció conferencias, lecturas y cursos, y asistido a reuniones en muchas otras instituciones culturales de América, Europa y Japón.

Desde 1995 fue miembro de la Academia Cubana de la Lengua, que dirigió entre 2008 y 2012, y miembro correspondiente de la Real Academia Española. Algunos de los premios recibidos fueron el Nacional de Literatura, el José Martí de la Unesco y la medalla Alejo Carpentier de Cuba.

Entre sus obras más destacadas están: Todo Caliban, Felices los normales: Poesías escogidas, Con las mismas manos: ensayo y poesía, Que queremos arder, Pensamiento de nuestra América: autorreflexiones y propuestas.

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