Primacías sanjuaneras
El expendio de comestibles en San Juan De la Maguana tuvo un antes y un después del 21 de enero del año 1960. Ese día fue inaugurado el primer supermercado auto servicio en San Juan: «El gallo» ubicado en la avenida Presidente Trujillo, hoy Independencia, número 41, por sus propietarios Julio Suero y Miladis Ferrando de Suero.
El primer jugador de beisbol sanjuanero firmado por un equipo profesional de los Estados Unidos fue Teodulfo Díaz (Dulfi) en el año 1964. Aunque no llego a la gran carpa su paso por las ligas menores con los Yankees de Nueva York fue muy significativo, llegando a triple A, una lesión en su brazo de lanzar lo saco definitivamente del beisbol organizado. Algunos años después la organización de los Cardenales de San Luis firmaba también como lanzador a Danilo De Oleo, mejor conocido como el cinco y medio. No llego a las mayores.
En el año 1955 fue instalada la primera «papelería» que hubo en San Juan. Su propietario fue un ciudadano de origen árabe llamado Salomón, la misma estuvo situada en la calle Mella frente al mercado municipal. En la misma Salomón vendía resmas de papel para maquinillas, sobres, lápices y lapiceros, así como algunos artículos de oficina, filatelista consumado compraba sellos de correo de cualquier parte del mundo a muy buen precio.
En un viejo caserón localizado en la calle Trinitaria, al lado de la residencia de la familia Estephan – Herrera fue instalado el primer local del liceo o normal como luego se conoció. Quizás pocos sanjuaneros saben que el fundador del liceo fue el munícipe Wenceslao Ramírez nieto, mejor conocido como Nelaíto.
A propósito de don Nelao o Nelaíto sabían ustedes que pese a no ser médico graduado en la universidad ejerció la medicina pediátrica en su consultorio de la calle Trinitaria esquina 27 de Febrero por más de 50 años; don Nelao fabricaba sus propios brevajes con plantas y yerbas. Su fama como «herbolario llegó hasta los oídos del Generalísimo Trujillo, mandado a buscar por el » jefe » para que le tratara el padecimiento de hematuria don Nelao le pidió al presidente tres días para regresar a San Juan y conseguir las yerbas y plantas que necesitaba a lo que este accedió, Trujillo se sano de su dolencia y en agradecimiento la Universidad de Santo Domingo le concedió el título de Doctor en Medicina Honoris y Causa.
A los fines de tener la » juventud controlada » en San Juan De la Maguana el sacerdote redentorista Guido Guildea, fundo en el año 1951 el llamado «Club católico» contando con los auspicios del alto clero dominicano y obviamente del gobierno nacional, La misión de este era aglutinar y entrenar a los jóvenes en diferentes disciplinas deportivas preferentemente béisbol, voleibol y Basketball. Sus primeros integrantes fueron: Tancredo Ramírez, Rafael Ramírez, Mario Emilio Piña Zayas, Carlos Miranda, Víctor Rodríguez Marcano, Sigfredo Miranda, Ramón Batista y Tulito Ramírez entre otros. Se reunían los martes y viernes en un local situado en la calle 27 de febrero detrás de lo que hoy es el Banco de Reservas. Allí también funcionaba una escuela de contabilidad mercantil y las clases eran impartidas por la profesora Lesbia Rosalina Canó.
La única ciudad de la Republica Dominicana en tener cuatro equipos de softball accionando al mismo tiempo y en una sola liga fue San Juan De la Maguana, sus nombres eran: Cachafú, Memefano, Tachuela y Fogón.
Quiero terminar este primer bloque de «Primacías sanjuaneras» narrándoles un acontecimiento único en su especie y que coloco a nuestra ciudad en los primeros planos sociales de la vida nacional. El 2 de septiembre del año 1958 fue presentado en el Teatro Antonieta al más impactante cantante del momento El Indio Araucano, A casa llena el famoso interprete chileno ofreció un concierto memorable con más de 20 interpretaciones, pero lo interesante no fue eso sino lo siguiente: en la madrugada del día 3 el teniente del ejército Miguelín Báez le llevo a la señorita Rafaela Rodríguez Marcano (Fellita) una serenata nada más ni nada menos que con el famoso cantante.
Para lograrlo se instaló el piano en una camioneta del Ejército Nacional y se contrató al guitarrista sanjuanero Juan Memela para acompañar al mismo. Ya deben imaginarse los lectores, una ciudad tranquila como San Juan, tres de la madrugada y el torrente de voz que salía de la garganta del Indio Araucano; demás está decirles que más de medio pueblo se levantó a presenciar el espectáculo al punto de que la madre de Fellita, doña Nenena Marcano, una vez concluida la serenata no le quedó otra que invitar a los presentes a disfrutar de un sabroso te de jengibre.